Encontrar a los cuidadores adecuados pra los ancianos es bastante difícil, por eso cuando Dolores R. R., una de las acusadas, se presentó ante los sobrinos de Ángeles, una mujer de 85 años que vivía sola en la zona de Nervión como la persona ideal, creyeron que habia dado con la solución, Lo que no sabían es que, según indica la Fiscalía, Dolores R. R. y los otros dos acusados, Samara C. R. y Sergio O. M. habían elaborado un plan "para apoderarse de todos los bienes de la anciana". Los tres se enfrentan a una pena de seis años de cárcel en un juiicio que la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla tiene previsto celebrar el lunes 6 de junio.

Una vez que Dolores se ganó la confianza de la anciana como su cuidadora, el resto de los acusaods "trataban de convencerla con distintas artimañas y falacias" que su familia no la quería y que lo único que buscaban era su dinero. Los cuidados de los acusados terminaron en 2015, pero seguían relacionándose con ella "quien comenzaba a presentar síntomas de deterioro cognitivo dada su avanzada edad". Tras los continuo intentos por influir en la conducta y el caracter de la anciana, la mujer "llegó a sentir una especie de temor reverencial con respecto a los inculpados", según el escrito de acusación.

En la línea de apoderarse de los bienes de la mujer, consiguieron que accediera a cancelar una cuenta corriente en la que estaba con su sobrino y abriera otra en la que constaban como titulares otro de sus familiares y Dolores R. R., aunque meses después sólo quedó como titular la acusada. Desde este momento, los reintegros pasaronn a aumentar, sacando un total de 27.000 euros desde finales de 2015 hasta enero de 2018.

A pesar de todo, la mujer seguía manteniendo relación con sus familiares, que veían como la anciana se iba deteriorando "y la negativa infuencia" que ejercían sobre ella los acusados, que se fueron a vivir con ella. A partir de las Navidades de 2016, los tres acusados decidieron cortar toda la relación de la mujer con sus familiares y trasladaron a una residencia en Dos Hermanas, primero y a otra de Alcalá de Guadaíra meses después. Todo ello sin informar a sus sobrinos.

Anteriormente, en 2015, la anciana había otorgado testamento nombrando heredera universal a Samara C. R. y legataria a Dolores R. R. y dos años más tarde, donó el piso a Samara. En noviembre de 2017, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la vivienda de la anciana y encontraron a Samara y Sergio viviendo allí con la anciana, que tenía un hematoma en el ojo y "con olor a orines y un deterioro cognitivo importante". El estado de la vivienda era "deporable, sin mobiliario y sucio".

Finalmente, la mujer falleció en enero de 2018, con 89 años. Era titular de un fondo de inversión con 69.000 euros. De este dinero, 16.100 euros fueron extraídos por Dolores con las claves bancarias que conocía y el poder que le habia concedido la anciana. Sanra extrajo 55.848,57 euros del fondo del que era titular.  De este modo, vaciaron todas las cuentas de la mujer.

La Fiscalía considera que los acusados son autores de un delito continuado de estafa y solicita, además de los seis años de cárcel para cada uno, una multa de 3.000 euros y una indemnización de 86.000 euros para los familiares, además de la nulidad de las escrituras de testamento y donación.