Enrique Román Bernasconi, que en octubre de 2018 asesinó presuntamente a su expareja en el barrio de Los Pajaritos, va a ser juzgado el miércoles por maltratar a su anterior compañera y a una de sus hijas.

Se enfrentará a dos años de cárcel y otros tres de alejamiento de las agredidas.

Román Bernasconi, de 51 años, que había salido de prisión meses antes, acabó a cuchilladas con la vida de su ex pareja, una marroquí de 36 años y madre de dos hijos menores, el 22 de octubre de 2018. Precisamente fue uno de esos niños quien telefoneó al 112 al encontrar a su madre agonizando en el rellano.

Su anterior pareja, también magrebí, sufrió malos tratos consistentes en insultos, amenazas y agresiones físicas desde que comenzaron su relación de seis años. La primera denuncia se produjo en agosto de 2012.

Las agresiones por las que va a ser juzgado ocurrieron el 10 de diciembre de 2014, cuando la mujer se encontraba con sus dos hijas y el acusado en la vivienda que compartían en Sevilla. Enrique agredió a la hija mayor tirándole del pelo y propinándole patadas en las nalgas y el abdomen.

Igualmente empujó e insultó a la madre cuando trató de defender a su hija. Esa misma noche, el hombre insultó a la mujer con palabras como “puta, guarra, putilla” y la golpeó en la cara y en la mano.

Al día siguiente, 11 de diciembre de 2014, tras decir a su compañera e hijas que tenían que abandonar la vivienda, tiró su ropa a la calle, agarró a la mujer del brazo y le propinó una patada en la rodilla y en el pie izquierdo.

Como consecuencia de estos hechos, la agredida sufrió lesiones que precisaron de cinco días para curar.

La mujer ingresó entonces en una casa de acogida y a día de hoy sigue vigente la orden de protección otorgada por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer.

Enrique se enfrenta a una acusación por delito de maltrato de obra en el ámbito de violencia de género y otro de maltrato de obra en el ámbito familiar. Por cada uno de ellos piden para él un año de cárcel con la agravante de reincidencia, además de tres años de privación del derecho a la tenencia de armas y otros tres años de prohibición de acercarse a su expareja e hijas.

También la mujer asesinada en Los Pajaritos denunció en 2016 a Román Bernasconi, pero no ratificó la denuncia y renunció a  las acciones civiles y penales, lo que supuso una sentencia absolutoria.