Juicio de los ERE

Un director general de Empleo asegura que "nunca" hubo la más mínima sospecha de las ayudas

  • Fernando Toscano destaca que el consejero y el viceconsejero llevaban la "iniciativa política" pero no conocían "el detalle" concreto de las subvenciones, dado que las direcciones generales tenían "plena autonomía" en su actuación

El ex consejero de la Cámara de Cuentas, Francisco Javier Romero Álvarez.

El ex consejero de la Cámara de Cuentas, Francisco Javier Romero Álvarez. / EFE

El que fuera director general de Economía Social en la Consejería de Empleo de la Junta entre los años 2000 y 2005 Fernando Toscano Sánchez, ha asegurado este martes en el juicio por el denominado “procedimiento específico” de los ERE que “nunca” hubo la más mínima sospecha del programa de ayudas que se pagaba a través del IFA/IDEA. 

El testigo, que es hermano del subdelegado del Gobierno en Sevilla y del alcalde de Dos Hermanas, ha explicado que la “iniciativa política” correspondía al viceconsejero y al consejero de Empleo, quienes “querían saber la marcha de la consejería, pero en el detalle no entraban nunca”, señalando en este sentido que ni el entonces director general de Trabajo Javier Guerrero ni ningún otro director general informaba de las “ayudas concretas” en los consejos de dirección que se celebraban semanalmente, más allá de comentar algún conflicto importante como el del sector minero”.

También ha subrayado que era de conocimiento general que había un programa de ayudas que se pagaban por el IFA/IDEA y ha insistido en que las direcciones generales tenían “plena autonomía” para desarrollar los programas y actuaban en un “ámbito de confianza”, por lo que “no había que dar cuentas”. “No ha habido nunca la más mínima sospecha de ese programa ni de ningún otro”, ha agregado.

Preguntado sobre si en alguna ocasión tuvo conocimiento de unas eventuales irregularidades relacionadas con estos programas, ha afirmado que “nunca hubo ese comentario ni lo ha percibido ni dentro ni fuera del consejo de dirección”. “Había un clima de total confianza en el que todos hacían lo que tenían que hacer”, ha puntualizado.

Toscano ha aseverado que “nunca” un consejero le ha “pedido cuentas de una subvención que se ha dado” y también ha negado haber recibido “instrucciones concretas para que resolviera un tema de una manera determinada”, ha comentado el testigo, que tampoco ha visto que esas instrucciones se dieran a otro director general, ha precisado.

Sí ha reconocido que en alguna ocasión se recibían peticiones del gabinete del consejero, haciéndoles llegar algún documento para que lo analizaran, pero “no para que hicieran ninguna excepción”, sino más bien con carácter informativo por si el consejero tenía que realizar alguna visita a un lugar donde hubiera algún conflicto.

Toscano ha insistido en la “plena autonomía” que tenían los directores generales en la consejería para ejercer sus competencias, para lo cual las decisiones se tomaban por la dirección general junto al equipo técnico de funcionarios y todo ello cumpliendo el “programa del gobierno” andaluz.

Según el testigo, “todos los expedientes de gastos tenían una fiscalización previa” y cuando se producía un reparo por parte del interventor, se buscaba un “punto de encuentro” para hacer viable la tramitación del expediente,

Otro de los testigos, Francisco Javier Romero Álvarez, que fue consejero de la Cámara de Cuentas entre 1996 y 2004, ha explicado que no recuerda el programa concreto de la partida 31L por la que se abonaban las ayudas y ha señalado que los trabajos realizados de forma anual sobre la cuenta general de la Junta habrían detectado alguna irregularidad que se produjera en los distintos programas presupuestarios.

“Entiendo que sí se detectaría, pero siempre se trabajaba en un tiempo limitado y con una cantidad enorme de datos, y se puede escapar” algo, pero en relación el presupuesto de la Junta la labor es “de suficiente nivel de calidad”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios