Dos Hermanas

Una niña de 15 años, a cargo de un "narcopiso" especializado en menores

  • Los dueños le dejaron una “lista de precios” con lo que debía cobrar a cada cliente

  • El piso de los traficantes estaba situado cerca de colegios y centros deportivos frecuentados por menores 

Una operación policial en Dos Hermanas

Una operación policial en Dos Hermanas / Juan Carlos Muñoz

La Policía ha detenido en Dos Hermanas a una niña de 15 años y su novio de 21, que estaban a cargo de un piso especializado en la venta de hachís a menores de edad. La titular de la vivienda era una tía del joven, que se había ido de viaje dejando a la pareja con una provisión de droga y una “lista de precios”.

En solo tres días, la pareja vendió droga a diez o quince compradores desde ese piso situado cerca de centros escolares y de unas instalaciones deportivas frecuentadas por menores, según  el atestado policial al que tuvo acceso este periódico.

El juzgado número 3 de Dos Hermanas autorizó una entrada y registro practicada el 11 de agosto, en la que la Policía incautó 100,74 gramos de hachís y 796 euros. Fue la culminación de una vigilancia llevada a cabo en cinco días de julio y tres de agosto que detectó decenas de accesos de breves minutos al portal objeto de vigilancia, donde entraban personas “de aspecto muy juvenil” y salían portando muchas de las veces una sustancia marrón en las manos. Luego consumían la droga en un parque próximo y en ocasiones llegaron a prepararse el porro en plena calle.

La pareja titular del piso -investigada en el pasado por vender droga a jóvenes- se fue de Dos Hermanas el fin de semana del 7 y 8 de agosto para visitar a unos familiares y dejaron el piso a un sobrino de ella, un chico de 21 años, y su novia de 15.

Según la Policía, la existencia de ese piso había provocado alarma social del vecindario por la juventud de los compradores y porque “las ventas aumentaban exageradamente los fines de semana”.  La clienta que estaba en el piso en el momento de la intervención policial declaró que llevaba comprándoles desde hacía un año.

Dado que muchos de los consumidores eran conocidos entre sí, se dificultaba el levantamiento masivo de actas de aprehensión sin poner en riesgo el dispositivo. Sin embargo, en ocasiones en que fueron interceptados se comprobó que tenían 17, 18 y 22 años.

Precisa el atestado que la principal cantidad de droga estaba en el bolsillo de un pantalón colgado en el tendedero que da a la calle, posiblemente para poder deshacerse de las sustancias ante una sorpresiva llegada policial.

La niña, que quedó en libertad con notificación a la Fiscalía de Menores, declaró que en los tres días que llevaba en el piso vendió a diez o quince personas, y eso que los titulares había avisado a sus clientes habituales para que no fueran esos días que ellos estarían fuera.

A cambio, la pareja no recibió ninguna contraprestación aparte de la posibilidad de quedarse a dormir en el piso.

La dueña le dejó anotado en un papel “la cantidad que debía dar y el importe que debía cobrar”, que apareció durante el registro, así como un listado de las ventas hechas. Al parecer, la niña era la encargada del pesaje y su novio de cobrar y guardar la recaudación en un  lata.

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