El juzgado de instrucción 5 ha convocado un juicio rápido contra la conductora que en la madrugada del 29 de diciembre sufrió un aparatoso accidente en el paseo de las Delicias, cuando circulaba a gran velocidad mientras discutía con su pareja y él dio un volantazo que provocó el vuelco del vehículo.

La cita será el próximo 17 de marzo y en principio solo comparecerá como investigada la conductora Eva J.L., ya que su acompañante, Salvador G.V., declaró a la Policía Local que la única causa del siniestro fue la elevada velocidad del vehículo, que él  iba recriminando a la conductora.

El accidente se produjo a las 3.50 horas, cuando como consecuencia de un inesperado volantazo el coche chocó contra los separadores del carril bici y volcó. El vuelco fue extremadamente aparatoso y el coche quedó siniestro total, pero milagrosamente los dos ocupantes solo sufrieron heridas leves y nada más salir del coche siguieron discutiendo en la calle, según el atestado de la Policía Local al que tuvo acceso este periódico.

Ella arrojó una tasa de alcoholemia de 0,48 mg por litro y él de 0,51 mg por litro.

En contra de lo afirmado por Eva J.L., su acompañante declaró a la Policía que él “no realizó ninguna maniobra que afectara a la conducción y no giró el volante a modo de volantazo”.

El atestado indica que Eva declaró que su pareja, que viajaba como copiloto, le había dado un volantazo a la derecha, lo que le hizo perder el control del vehículo y la posterior salida de vía al chocar contra los marmolillos del carril bici.

Aunque el juzgado ha decidido investigar a la mujer, el atestado corrobora su versión al afirmar que “nada justifica el movimiento del coche, por lo que parecen más plausible las manifestaciones de la conductora”, confirmadas además por otra mujer que circulaba detrás de ellos.

Existe otro testigo, un conductor de VTC que grabó el accidente y sus momentos posteriores, por lo que podría ser llamado al juicio para certificar o refutar los síntomas de alcoholemia de la investigada. 

Eva J.L. ha sido imputada de un presunto delito contra la seguridad del tráfico porque la Policía afirma que presentaba “síntomas claros y evidentes de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como ojos enrojecidos y vidriosos, fuerte halitosis alcohólica, reiterativa en sus manifestaciones y ligera pérdida de la verticalidad”.

La condena para este delito es de 3 a 6 meses de cárcel, sustituible por multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad y privación del permiso de conducir durante un año.