opinión

Virus, medidas, futuro

  • El autor reflexiona sobre las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos del Coronavirus y propone otras como la posibilidad de rescatar los planes de pensiones

El abogado Manuel Salinero, socio director de Nertis.

El abogado Manuel Salinero, socio director de Nertis. / D. S.

Vivimos unos tiempos que eran impensables. Este maldito virus ha cambiado nuestra vida por completo. La salud es lo realmente importante.

Desde casa recibimos las propuestas adoptadas por el Gobierno y lamentablemente comprobamos que no entran a valorar la necesidad de cambiar de una vez por todas el modelo de austeridad, ni apostar masivamente por la inversión pública en la investigación, que se ha visto imprescindible.

En cuestiones tributarias, las medidas adoptadas a nivel estatal son claramente insuficientes. El calendario del contribuyente se mantiene, lo que supondrá un primer y generalizado encuentro con la realidad cuando antes del 20 de abril se tenga que presentar y, en principio, abonar, el IVA trimestral, así como las retenciones e ingresos a cuenta. 

A este respecto, lo que ha aprobado el Gobierno es la posibilidad de que el autónomo y las Pymes, que cumplan unos requisitos, soliciten un aplazamiento en el pago de esos impuestos –con el máximo de 30.000 euros en caso de no aportar garantías- por un plazo de 6 meses, estando los tres primeros exentos de intereses.

Creo imprescindibles otras medidas que el Gobierno no se está atreviendo a tomar, como el cambio en las fechas de presentación de IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades de forma general. En el caso del IVA, es flagrante cuando muchas facturas no van a poder ser cobradas y sin embargo el emitente que no percibe su importe no solo ve hundida su situación sino que encima ha de hacer frente a este impuesto.

También me parecen oportunas otras medidas como la posibilidad de rescatar los planes de pensiones, que es un instrumento de ahorro del que debería permitirse disponer ante esta situación. Y desde luego un mayor apoyo a los autónomos. Funcionarios y políticos siguen cobrando igual cuando para la mayoría su actividad se ha reducido drásticamente. Pues cuidemos igualmente al resto de la población.

Otra de las graves preocupaciones de los españoles es el tema de las hipotecas, donde se ha aprobado una medida completamente necesaria pero, sin duda, poco práctica por la gran carga probatoria que en un escaso plazo se ha hecho pesar sobre el solicitante, con el colapso que hay en los organismos pertinentes.

En cuanto a las medidas laborales y la profusión de ERTES, a las que se añaden las adoptadas sobre los despidos, cabe destacar que la situación que se plantea es completamente diferente a la que se produjo con la crisis de 2008, en el sentido de que se ha optado por fomentar la suspensión de los contratos frente al aluvión masivo de despidos que se produjeron entonces. Por otro lado, se amplía la protección por desempleo para los casos de suspensión y el ahorro de cotizaciones en caso de fuerza mayor.

Además, se ha hablado del cambio en el modelo económico privado y esta desgracia es una gran oportunidad para cambiar el modelo del sector público en el que resulta fundamental una nueva orientación de las relaciones con el sector privado.

No todas son malas noticias. Se abre el formato digital del trabajo, de gran éxito en muchos campos y que permite pensar en su continuidad como resolución de las demandas de conciliación y aumento de la productividad, hecho además que estamos viviendo dentro de nuestro propio despacho, donde el entendimiento y la colaboración entre trabajadores y empresarios se hace fundamental y fácil para afrontar la crisis y adoptar medidas con celeridad.

Esta pandemia nos ha obligado a trabajar en equipo, a entendernos en lo importante, y ésta es una extraordinaria fuerza de cambio, un win/win que se ha visto evidente por todos.

En la llamada gripe española (originada en USA), la crisis económica fue importante pero muy relativizada en estudios recientes, pero además eran otros momentos y aun así se avanzó de forma decisiva en materias como la sanidad. Digamos que también se encaró despreciando su importancia y llegó a afectar al Rey y al Presidente del Gobierno.

Creo sinceramente que, cuando salgamos de ésta, la sociedad va dar un paso al frente de verdad. Esto no es una crisis provocada por malos gestores de entidades bancarias, por una burbuja concreta o por un estafador. Es una crisis que socava el Estado del bienestar y que nos hará cambiar de forma de pensar a todos. Va a impulsarnos a ser mejores como personas y muchísimo más trabajadores y emprendedores como profesionales, empleados o empresarios. Vamos a echarle riñones y corazón de verdad juntos a este país, y sacar España adelante si este Gobierno no nos lo impide.

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