Historia del Derecho

Inés de Paz, primera pensionista de viudedad en el Nuevo Mundo

  • Felipe II concedió una pensión vitalicia a la viuda del oidor (magistrado) de Nueva Galicia

  • Las primeras españolas en América, lanzadas a la aventura y a un “desolador desarraigo” 

Cristina Sánchez-Rodas, en su despacho de la Facultad de Derecho

Cristina Sánchez-Rodas, en su despacho de la Facultad de Derecho

Las mujeres españolas que viajaron a América durante la conquista son las grandes desconocidas de la Historia. Poco a poco vamos sabiendo algo de ellas gracias a investigadoras como Cristina Sánchez-Rodas, catedrática de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla que se ha especializado en las esposas de los oidores (magistrados) de las Reales Audiencias que se creaban en el Nuevo Mundo a imagen de las peninsulares. 

Ello le ha permitido descubrir que Inés de Paz, esposa de Pedro de Morones, “oidor mayor” de la Audiencia de Nueva Galicia (actual México) se convirtió en 1577 en la primera mujer del Nuevo Mundo en recibir una pensión de viudedad vitalicia, que le concedió el rey Felipe II. 

Aunque no se sabe su año de fallecimiento, está acreditado que cuatro años después seguía cobrando la “merced de 300 ducados, que valen 112.000 maravedíes, en cada año para ayudar a su sustentación”.

La catedrática sevillana relata a este periódico que los oidores tenían obligación de llevarse a América a sus esposas y para estas mujeres “tuvo que ser una odisea trasladarse a los confines del imperio para vivir sin la seguridad, confort e infraestructuras de la metrópolis, en un territorio apenas poblado por europeos y privadas de compañía femenina distinta del servicio doméstico”. 

“Por no hablar de que a mediados del S. XVI en Nueva Galicia aún se realizaban sacrificios humanos y se practicaba la antropofagia, como informaron los propios oidores al monarca en 1549”.

Aquellas mujeres dejaban atrás familia, amigos y “debieron experimentar un desolador sentimiento de desarraigo”, según Sánchez-Rodas. Cruzar el océano estaba lleno de peligros y muchas se ahogaron con sus hijos en naufragios durante la travesía. 

Se ha documentado un único caso en el que la esposa se negó a abandonar la península: la mujer del oidor Joseph Domonte Pinto, catedrático de Vísperas en la Universidad de Sevilla. Éste explicó por carta que renunciaba a su plaza en la Audiencia de Guadalajara por “la repugnancia grande que ha hallado mi mujer para pasar a las Indias”. 

Una mujer “emprendedora y culta en un mundo de hombres”

Al igual que Inés Suárez, compañera del conquistador de Chile Pedro de Valdivia (retratada por Isabel Allende y en una serie de televisión de éxito), Inés de Paz se atrevió a emprender “un viaje sin retorno que era toda una hazaña para una mujer de su tiempo”, afirma Sánchez-Rodas.

Se sabe de ella que era una hidalga salmantina y que estaba emparentada con Hernán Cortés ya que su abuela paterna era tía del conquistador. Fue albacea del testamento de su marido, lo que según la catedrática sevillana demuestra la alta estima en que la tenía Pedro de Morones para desenvolverse en un mundo masculino. 

Destacó entre las demás esposas “por su carácter emprendedor y su cultura, en un mundo hecho a la medida de los hombres”, afirma.

Sólo la viuda de Américo Vespucio obtuvo una pensión semejante

Relata la investigadora que hay muy pocos casos documentados de pensiones de viudedad, como la de 10.000 maravedíes anuales otorgada en 1512 por Fernando el Católico a María Cerezo, esposa sevillana de Américo Vespucio, “como recompensa por los servicios prestados por su difunto marido”.

A su juicio, es posible que esa merced se concediese de forma excepcional a destacados servidores de la Corona, y en el caso de Inés de Paz pudo deberse a su parentesco con Hernán Cortés. Una Real Cédula de 1576 explicaba que Inés de Paz había hecho saber al rey “que quedó pobre y con mucha necesidad, y ahora la padecía muy grande”.

Sánchez-Rodas afirma que, a la vista de la documentación examinada, la conclusión que se alcanza es que la viuda de Morones fue la primera pensionista de viudedad financiada por la Corona española en el reino de Nueva Galicia. Y aunque no se ha podido averiguar el año exacto de su muerte, está acreditado que en 1581 “seguía viva y cobrando su pensión”.

La catedrática de Derecho del Trabajo va a intervenir este martes 17 de agosto en un ciclo de conferencias de la Universidad mexicana de Guanajuato sobre "Una visión laboralista de la conquista a 500 años", con una charla centrada en la protección social, la jornada y la retribución de los oidores en la Audiencia de Nueva Galicia.

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