Robo con violencia y homicidio

Condenado a siete años de prisión por matar a un anciano en su vivienda para robarle

  • El acusado, de origen saharaui, cumplirá además otros siete años de internamiento en un centro psiquiátrico debido al trastorno esquizofrénico paranoide que padece, unido al consumo de alcohol y drogas.

Sede de la Audiencia de Sevilla

Sede de la Audiencia de Sevilla

La Audiencia de Sevilla ha condenado a siete años de cárcel y a otros siete años de internamiento en un centro psiquiátrico a un hombre acusado de matar en 2016 a un anciano de 78 años para robarle en su vivienda de la capital hispalense.

En la sentencia, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial condena al acusado a la pena de dos años de prisión y la medida de seguridad de dos años de internamiento en centro psiquiátrico por un delito de robo en casa habitada y a cinco años de cárcel y otros cinco años de internamiento en centro psiquiátrico por un delito de homicidio, así como a indemnizar con un total de 200.000 euros a las dos hijas del fallecido y a pagar 300 euros por los daños causados en la vivienda y 2.030 euros por los efectos sustraídos y no recuperados.

De conformidad con el artículo 99 del Código Penal, se cumplirán en primer lugar las medidas de seguridad, que se abonarán para el de las penas, decidiéndose sobre estas últimas en su momento conforme a dicho precepto. En ambos delitos, la Audiencia aplica la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica que limita gravemente, aunque no anula, la facultad de comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión.

La sentencia se ha dictado después de que, en el juicio señalado para el pasado día 18 de diciembre, el acusado y su defensa mostraran su conformidad con las penas solicitadas por la Fiscalía y la acusación particular, que han sido las impuestas por la Audiencia en una sentencia que ya ha sido declarada firme.

El tribunal considera probado que, a primera hora de la tarde del 29 de marzo de 2016, el acusado, “posiblemente en unión de otros no enjuiciados” y “con ánimo de ilícito beneficio”, se apostó a las puertas del piso que la víctima tenía en un barrio de Sevilla capital, “donde esperó su llegada”.

De este modo, y cuando el fallecido abrió la puerta, “le propinaron una fuerte patada en la espalda”, introduciéndole seguidamente en el inmueble, “donde comenzaron a golpearlo de forma violenta y brutal” en la cabeza y en la cara, todo ello “al tiempo que le exigían que les dijese donde estaba el dinero y el oro”.

La Audiencia indica en la sentencia de conformidad que, tras contestar el fallecido que no tenía, “continuaron golpeándole de forma brutal” en la cabeza y en la cara “con ánimo de acabar con su vida si no les decía donde tenía el dinero y el oro, revolviendo todas las dependencias del piso”.

Según señala el tribunal, “cada cierto tiempo se acercaban” al anciano “para seguir golpeándole de forma extremadamente violenta”, ya que “se enfadaron porque no les decía donde tenía el dinero y el oro, causándole además con un objeto indeterminado un corte en el antebrazo izquierdo mientras continuaban golpeándole”.

En un momento determinado, el acusado “decidió abandonar el domicilio, dejando muy gravemente herido” al hombre, al que sustrajeron finalmente dos escopetas, un rifle, una batidora industrial y una bolsa de cuero con cartuchos de escopeta, efectos todos ellos tasados en 3.640 euros, de los que ha podido recuperarse una de las escopetas, valorada en 1.610 euros, “no sin antes dejar” al fallecido “encerrado por dentro del piso, cerrando la puerta con las llaves”.

La víctima estuvo dos meses hospitalizada hasta que falleció

Como consecuencia de la “brutal” paliza recibida, el hombre sufrió distintas lesiones que motivaron su ingreso ese mismo día en un centro hospitalario, donde falleció finalmente el 1 de junio de 2016.

La Audiencia manifiesta que el procesado, con antecedentes de personalidad anómala, ha sido diagnosticado de patología dual, con trastorno esquizofrénico paranoide y dependencia a drogas y alcohol, así como trastorno de ideas delirantes, “lo que condicionó de forma importante la perpetración de los hechos, afectando a sus facultades psíquicas, intelectivas y volitivas”.

El acusado ingresó en prisión preventiva por estos hechos el 4 de abril de 2016, primero en un centro penitenciario y posteriormente en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, quedando en libertad provisional el 16 de febrero de 2018 y encontrándose actualmente en tratamiento en Salud Mental.

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