Violencia machista

El TSJA condena a un joven que amenazó a una embarazada con "hacerle una cesárea”

  • El acusado alegó que no reanudó la convivencia sino que “dio cobijo” a su ex pareja

Un tribunal de la Audiencia de Sevilla

Un tribunal de la Audiencia de Sevilla

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena de cinco años y cinco meses de cárcel impuesta a un joven de 28 años que amenazó a su pareja, embarazada de entre siete y ocho meses, con un cuchillo de 24 centímetros, al tiempo que le decía: “te voy a matar, hoy te hago una cesárea”.

El alto tribunal confirma todos los pronunciamientos de la Audiencia de Sevilla por delitos de coacciones, amenazas, lesiones y quebrantamiento de condena. Respecto de este último el TSJA sostiene que el quebrantamiento fue “palmario” pues sobre el acusado Sergio M.G. pesaba una orden de alejamiento de su ex pareja que seguía vigente cuando en agosto de 2018 reanudaron la convivencia y cuando el 21 de septiembre de 2018 ocurrieron las lesiones y coacciones juzgadas.

El acusado alegó que su pareja consintió en reanudar la convivencia, pero el TSJA responde que, según doctrina del Tribunal Supremo, el consentimiento de la mujer no es óbice para ser condenado. Añade que “la excusa ofrecida en el recurso en el sentido de que lo que hizo no fue emprender la convivencia, sino simplemente darle cobijo, carece de la menor consistencia”.

Ambos volvieron a vivir juntos en una “situación que se mantuvo con altibajos durante semanas pese a conocer perfectamente la pena impuesta”, dice el TSJA.

El abogado de la maltratada, Antonio Reina Romero, informa a este periódico de que el TSJA ha confirmado todos los extremos de la sentencia de la Audiencia: seis meses de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena, un año por un  delito de lesiones, tres años de prisión por un delito de coacciones graves y otros 11 meses por un delito de amenazas leves.

Las lesiones y coacciones ocurrieron sobre las 22.28 horas del 21 de septiembre de 2018, cuando Sergio llegó al domicilio en actitud violenta y alterada. Su pareja, al principio, no le dejó entrar pero finalmente le permitió el acceso, momento en el que el acusado le propinó un puñetazo en el brazo izquierdo y dos tortazos en la cara, le arrojo un zapato y le escupió.

Ello provocó que la mujer abandonara precipitadamente el domicilio, pero minutos después decidió volver a recoger algunas cosas que se había dejado. A continuación la joven recibió en su teléfono móvil una llamada de la Policía. El acusado le impidió contestarla, le arrebató el teléfono y lo arrojó al suelo, lo que provocó la fractura de la pantalla.

El acusado, cada vez más alterado, pensando que su compañera había llamado a la Policía, fue a la cocina, cogió un cuchillo de unos 24 centímetros, se dirigió a ella y, moviéndolo en horizontal de un lado a otro, le decía: “te voy a matar, hoy te hago una cesárea, a todo el que se acerque a mí hoy lo voy a rajar, aunque sea la Policía“.

El TSJA valora que el testimonio de la víctima fue “creíble y convincente” según el tribunal de la Audiencia de Sevilla, y “por añadidura, no se trata de una manifestación aislada o carente de soporte exterior, sino que se revela acompañada por corroboraciones externas que la refuerzan y confirman” como el parte médico sobre sus hematomas.

Sobre el delito de coacciones, el acusado alegó que su pareja disponía de “plena libertad de salir cuando quisiera” pero el TSJA responde que Sergio “le conminó a no abandonar la casa, cerrando con llave la puerta de acceso y esgrimiendo frente a ella un cuchillo, lo cual supone evidentemente una compulsión que coarta la libertad de movimientos y que, aun no llegando al nivel de la detención ilegal inicialmente objeto de acusación, sí constituye el delito de coacciones”.

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