La caja negra

Báñez no irá en la lista de Huelva... ni en la de Sevilla

  • La ex ministra de Empleo da por zanjada su etapa en la primera línea de la política. El PP andaluz quiere que Cortés no repita como cabeza de lista onubense. 

Báñez en su etapa como ministra de Empleo

Báñez en su etapa como ministra de Empleo / M. G. (Madrid)

AQUEL mediodía de viernes del pasado marzo quedó cerrada cualquier posibilidad. La ex ministra de Empleo se despidió de Pablo Casado, el presidente Moreno, Carlos Herrera, Juan Ignacio Zoido y Teresa Jiménez-Becerril al poco de ser servido el arroz. Ya había compartido aperitivo previo, intenso y de cara al público en la barra de Trifón y deseaba regresar a casa. En esas horas fue cuando quedó claro que Báñez, la ministra de Empleo más longeva en el cargo y con menos rasguños de la historia de la democracia pese a los grandes retos superados en el peor contexto, dejaba la política activa. Se comprometió a colaborar en la campaña de las generales y en la de las municipales. Y así lo hizo no sólo en las capitales, sino en pueblos pequeños.

Jamás le oirán una palabra en contra de su partido, ni una frase de descortesía, pero quienes bien la conocen sabe que se identifica poco con el PP actual. Un sentimiento que –no se olvide– comparte la mayoría del PP andaluz. El casadismo no cuaja en Andalucía. No sólo ocurre con Báñez, que ha tenido que soportar a Juan José Cortés de número uno por Huelva en un intento a la desesperada de Génova por salvar los muebles por la vía del populismo. No hay color entre uno y la otra, dicho sea. El PP actual necesitaría a Báñez, a la que Casado se refiere como “mi amiga”, claro que el líder también alude a Javié (Arenas) como “el maestro Arenas”. Y ya ven... Los elogios en política los carga el diablo y, sobre todo, son como los mensajes del WhatsApp: no cuestan dinero.

El día que Báñez le dijo a Casado que dejaba la política El día que Báñez le dijo a Casado que dejaba la política

El día que Báñez le dijo a Casado que dejaba la política / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

El PP andaluz, que cortará pocas lonchas del bacalao de los números uno a las Generales del 10 de noviembre, querría que Báñez diera el paso por Huelva o incluso por...Sevilla. ¿No fue número uno por la circunscripción hispalense Cristóbal Montoro, de cuyos presupuestos seguimos viviendo? La onubense, afincada en Madrid, tiene casi tantos contactos en Sevilla como en su tierra natal. Aquí estaban dispuestos a recibirla con los brazos abiertos. Hubiera sido todo un aldabonazo sin prejuicio de terceros, pues se da por hecho que se sacarán, al menos, tres diputados por Sevilla, uno más que en los pasados comicios. Pero todo ha quedado en nada. Báñez considera finito su tiempo en la primera trinchera de la política. Quizás Casado no debió dejarla marchar en aquel momento, al menos como símbolo del sorayismo que venció con claridad en la primera vuelta de las primarias del partido. Ningún partido crece con la laminación de los sectores críticos, máxime cuando uno de esos sectores demostró ser el mayoritario entre tres opciones en una primera instancia.

A Teresa Jiménez Becerril, actual número uno por Sevilla, nunca se la hubiera dejado tirada por ser considerada un icono del partido. Hubiera tenido un puesto asegurado. Todo indica que seguirá siendo la cabeza de lista, aunque en el PP hispalense esperan que el grupo parlamentario le asigne, al menos, un escaño con mejor posición en el hemiciclo. Los dos diputados por Sevilla han estado en las últimas filas y casi con una columna delante. Esto con Javié no pasaba... dicen las lenguas afiladas.

En Huelva sí está por ver un recambio que pasa por enviar al por pocos deseado Cortés como adjunto al Defensor del Pueblo o incluso a la Cámara Alta. Los andaluces que gobiernan en San Telmo suplican que –ahora que Casado parece más centrado y con un perfil institucional más reforzado– se reduzca la temeraria vía hacia la derecha con tintes populistas que hundió al partido en los 66 diputados (68 menos que en 2016).

El presidente Moreno se reunió ayer con siete de los ocho presidentes provinciales del PP. Sólo faltó el granadino Sebastián Pérez, que parece enojado con el resto del mundo. No se quieren guerras internas en ninguna diócesis. El PP andaluz gobierna y no quiere jaleos, algo en lo que parece que están todos de acuerdo. Al cansancio por los cuatro comicios en cuatro años hay que sumar que unos y otros necesitan la paz. Los únicos cambios en las listas pueden ocurrir en Huelva porque las peticiones son un clamor. José Luis Sanz, alcalde de Tomares con mayoría absoluta, seguiría de número uno al Senado por Sevilla, apoyado por la presidenta provincial, Virginia Pérez –que cuenta sus juntas directivas provinciales por unanimidades– aunque haya quienes prefieran al alcalde de Carmona, Juan Ávila.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios