La caja negra

Confesiones de un socialista en zozobra

Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y María Jesús Montero

Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y María Jesús Montero / M. G. (Sevilla)

DÍAS de rosa mustia. Ni siquiera las espinas son lo que eran. El viejo socialista, un pata negra del año 82, ya no viste en estos días de frío la pana de aquellos años de lucha por la autonomía andaluza, cuando los niñatos de Fuerza Nueva le tiraron naranjas desde el balcón de Filella. Está entre aturdido e indignado. Está derrotista, todo lo ve oscuro. Y sin darse cuenta se le escapan muchas referencias al yo ya lo avisé, yo ya lo dije, yo ya lo advertí en el partido. Sentado en un velador con vistas a la Catedral, el viejo militante cuenta sus batallas, evoca las glorias pasadas de su agrupación de Sevilla, a la que siempre se refiere como la más importante de todo el PSOE. No está ya el corazón para aguantar un segundo café. Es media mañana. Se toma un descafeinado, metáfora perfecta del estado del partido de su alma.

“Aquí hay dos tragedias: la personal de Susana, y la del propio partido. Mientras ella no se vaya, las dos van unidas. Y eso es muy grave. Ella se dará cuenta ahora de que los empresarios del Íbex 35, la Botín y el Rey le respondían a las llamadas porque era la presidenta de la Junta. ¿Que eso es obvio? Tú no la conoces, la dejaste de tratar hace muchos años. Darse de bruces con esa realidad será muy duro para ella, puro genio, acostumbrada a mandar, a llamar a alguien diciéndole ‘canijo’. Acuérdate de los meses en que fue encumbrada como una dirigente política con sentido de Estado, en aquellos días en que Podemos tenía asustada a la España oficial y la derecha empresarial andaluza la tenía a ella como garantía de estabilidad. Ella se lo creyó porque entre todos le decían que era un brillante entre tanta bisutería. Yo nunca me lo terminé de creer. La he visto crecer como política, en sus años de pandilla en las Juventudes Socialistas y hasta cuando Pepe Caballos la mandó al destierro como diputada en Madrid. ¿Susanita mandando en España? Pero bueno... Pero todos le reíais las gracias y le tenías hasta miedo. No sabéis cuánto ha jugado ella con el factor del miedo... Por eso ahora le vienen sus días más duros”.

Es la hora de hacer un análisis de futuro, que orille las referencias al pasado. “El PSOE está en peligro. Hemos perdido Andalucía... [larga pausa] O nos recuperamos en Andalucía o nos quedamos al borde de la irrelevancia, como ha ocurrido con el socialismo en otros países. ¿Quién nos queda con poder en España? ¿El triste de Asturias? ¿El de Aragón que parece que cada día está más próximo a Vox? ¿El de Valencia que se lo comen los de Compromís? ¡Que esto es muy grave! Que no se pueden hacer unas listas electorales como las que ha hecho Susana, marcadas por el sectarismo interno. ¡Que nuestra gente no es tonta! Y menos mal que era ella la que hablaba de coser, ¿recuerdas? Me río por no alterarme. Nos quedan cinco minutos para sufrir las consecuencias de la pérdida del gobierno. Andalucía era siempre nuestra casa segura. Ahora perderemos dinero, mucho dinero, influencia, puestos donde colocar a nuestra gente... Nos quedamos al borde de nuestro particular desahucio, pero lo peor es el panorama global, con el socialismo en retroceso generalizado. Esto que te digo es muy serio. Cuanto más tarde Susana en irse será peor. Me temo que aguantará todo lo que pueda, esperará a que se caiga Pedro en las generales y pretenderá erigirse en la salvadora del PSOE. Es que ya la estoy viendo como el tío de la barba, el Abascal. Montada a caballo y hablando de la reconquista de Andalucía... pero esta vez para el PSOE. Ésta será nuestra segunda tragedia. O María Jesús Montero y Celis se ponen de acuerdo y aprovechan que ahora mismo tenemos el viento a favor de la Moncloa, con todo lo que eso supone, o podemos ver a Susana enrocada en la oposición mientras nos hace perder un tiempo precioso. Alguien tiene que decirle a la reina que está desnuda, esto que te digo es muy duro. Y fíjate que en su equipo no hay nadie con capacidad de tomar el relevo, ella se ha encargado de no trabajar nunca el perfil de número dos. Toda la gloria para ella. Y sus críticos, fíjate, siempre apartados, castigados, desde sus amigos de juventud hasta cualquiera que se proclamara sanchista. ¿Por qué esos odios africanos a gente válida? Claro, nunca preveíamos la pérdida de Andalucía, nunca... Menudo trastazo. El gran problema de ella va a ser cuando la gente le pierda el respeto. Y para eso, mi querido amigo, falta un cuarto de hora, el tiempo que tarde en echar a andar el nuevo gobierno y se vea que tenemos la despensa medio vacía”.

Las pausas en el monólogo resaltan la piel cuarteada de su rostro. El chaleco negro de cuello vuelto acentúa más su palidez. “Tú tendrías tres o cuatro años cuando la gran manifestación por la autonomía. Los del PSOE supimos comernos a los andalucistas, capitalizamos ese espíritu autonomista. ¿Sabes lo que significa para mi que un partido contrario a la autonomía haya entrado en el Parlamento con once escaños de golpe? Y lo peor de todo. Perder el gobierno como se ha perdido es lo que más me duele. Que si el marido tieso, que si el espectáculo del comité federal en Madrid, que si la pobre Verónica haciendo el ridículo como máxima autoridad rechazada por un vigilante privado, que si la propia gente del partido en Andalucía dándole la espalda en las primarias, que si lo de los 80 euros en la cuenta... ¡Si hasta se negó a ser entrevistada por Carlos Herrera! ¿Es que nadie ha sabido ver que nos despeñábamos? Y si el PSOE se despeña en Andalucía, lo hace en toda España. Acuérdate, nuestra travesía del desierto no ha hecho más que empezar”.

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