La caja negra

¿Qué hiciste en tus últimas horas de libertad?

  • La ciencia aprende literalmente cada día del coronavirus. Afecta más allá de los pulmones, según las autopsias. En el mercado de la Encarnación no hay colas. La Sevilla del futuro será la ciudad de los veladores.

El cartel del 8-M luce en la Casa de las Sirenas, en la Alameda de Hércules

El cartel del 8-M luce en la Casa de las Sirenas, en la Alameda de Hércules / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

Cuesta trabajo recordar qué hicimos los días previos a la primera jornada de enclaustramiento. Cuál fue el último comercio al que entramos, la última vez que besamos a ese pariente, el último bar al que acudimos a tomar una cerveza de grifo o sencillamente el último viaje en tranvía hasta la Plaza Nueva. Sí, el jueves 12 de marzo fue cuando el presidente Moreno anunció el cierre de los colegios a partir del lunes. Días antes ya estaba en auge la polémica sobre si debíamos o no besar las imágenes sagradas expuestas al culto más íntimo en los días de cuaresma. Aquel jueves fue cuando empezó a torcerse la cosa, pero todavía no éramos conscientes de la gravedad ni de la duración. Y al día siguiente, viernes 13, el presidente Sánchez anunció el estado de alarma, pero no dio los detalles hasta el sábado.

Aquel viernes muchos comercios comenzaron a cerrar voluntariamente, por eso han quedado los carteles que no refieren la obligación, sino un cierre "por responsabilidad". Todo fue muy rápido. Parecían quince días de vacaciones, ¿recuerdan? ¿Qué hicimos las últimas horas antes de quedarnos en casa sin fecha cierta de regreso a la vida cotidiana?

Algunos debieron salir corriendo o convencidos de que todo no sería más que una crisis de dos semanas. Prueba de ello es la publicidad que dejaron puesta en el escaparate de una peluquería: “¿Quieres ponerte mantilla? El Jueves Santo por la mañana estamos abiertos para vosotras. De 9:00 a 14:00”. Incautos, cuántos pensamos que esto sería cosa de unos cuantos días. Y en la Alameda sigue la lona del fatídico 8-M. Hay para todos los públicos. Sevilla plural. Mantilla o pancarta. O pancarta y mantilla, ¿por qué no? Cerca de la Plaza de San Pedro sí que luce una pancarta: “Si quieres ver el arco iris, quédate en casa. Gracias Sevilla”.

En la Encarnación están cerrados los chinos, pero abierto el japonés. Bastan las nacionalidades para saber a qué se dedica cada negocio. Te llevan el sushi a casa, pero tienes que esperar para arreglar el terminal que se despeñó por el balcón e impactó contra el firme de adoquines. En el mercado de abastos no hay cola y hay de todo. No están abiertos todos los puestos, pero sí los suficientes. Hay pez espada congelado y fresco, grandes calamares, langostinos… De fruta también para elegir: paraguayas, fresas, melocotones… De todo. Y para los inútiles o simplemente comodones hay un surtido amplio de comida preparada.

El teléfono no para de recibir tanto noticias como comentarios de las últimas novedades científicas. Y por supuesto un gran número de estupideces. Hay algunas informaciones realmente de interés. Las primeras autopsias realizadas en España, como en en el caso del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde se dan las condiciones de seguridad para efectuarlas, estarían confirmando los datos de las autopsias italianas y de los primeros países afectados.

Los pacientes no se ahogan sólo porque el oxígeno no llega por un problema de los bronquios. Es que los glóbulos rojos, que muchos recordamos de la serie El cuerpo humano, no pueden acceder al pulmón para atraparlo y llevarlo al resto del organismo porque las vasos sanguíneos pulmonares están obstruidos por pequeños coágulos. El símil en el sector del taxi sería una gran demanda de clientes (oxígeno) en un sitio (pulmón) al que no pueden acceder los taxis (glóbulos rojos) porque las calles de acceso están bloqueadas (coágulos). Es lo que los médicos llaman una “coagulación intravascular diseminada” (CID por sus iniciales). Y además se detecta que estos micro-coágulos pueden afectar a otros órganos distintos al pulmón. Empieza a verse claro que la COVID (del inglés: Corona Virus Disease) provocada por este coronavirus no es una simple neumonía bilateral (vulgo pulmonía doble).

Todo no es cuestión de respiradores

Es un cuadro que puede afectar mucho más que al pulmón, los micro-coágulos pueden afectar a otros órganos. Y si parte de lo que provoca el maldito virus es un aumento de la coagulación, ya se están ensayando protocolos con anticoagulación. Por este motivo, muchos expertos opinan que no todo es cuestión de respiradores. Son claves las autopsias españolas y de otros países. Es fundamental saber el mecanismo por el que este virus causa tanta mortalidad. Literalmente, en la atención a la COVID se está aprendiendo cada día.

Digeridas las últimas novedades científicas, la atención se centra en una calle Imagen con cuatro taxis libres en la parada. Tres ciclistas cruzan bajo unas setas despobladas. La calentería de la Alfalfa está cerrada. ¿El despacho de calentitos es un servicio esencial? El vendedor de Kebab de la calle Pérez Galdós sí abre. Si la atmósfera está más limpia con un 90% menos de tráfico, el pavimento de Pérez Galdós se está regenerando sin la mugre que dejan las concentraciones nocturnas. La alegría llega por el estado de salud del fotógrafo Jesús Martín Cartaya, que mejora cada día.

Pablo Iglesias resulta más entrañable cuando se dirige a los niños (con una chaqueta en la que cabe Espinete) que Pedro Sánchez cuando habla de la necesidad de impulsar la ciencia. En las redes hay hasta amenazas para el que ose comentar cómo habla la ministra Montero. Una cosa es el dialecto rico y culto de Andalucía y otra muy distinta hablar mal. En la EGB te ponían un ejemplo muy claro: el seseo sí, el ceceo no. Y mucho menos transformar las palabras.

Recordamos con esfuerzo las últimas horas vividas en libertad y vamos teniendo claro cómo será la Sevilla del futuro: con muchos veladores cuando de verdad todo haya pasado. El velador es nuestro valor seguro en tiempos de crisis, nuestro refugio económico. La cofradía de los pedigüeños se forma en silencio. Una Sevilla sentada es una ciudad próspera. La Junta hará unos vídeos para reforzar eso que llaman la marca, mientras el Ayuntamiento dejará que florezcan las mesas y sillas como en los mejores tiempos de Zoido. Ni un sevillano sin velador. Por la tarde se nota cierta relajación del personal en vías principales como Menéndez y Pelayo. La Policía está alerta y monta un control en La Florida. Paran a todos los vehículos. Las cifras de Sevilla nunca han sido alarmantes pero todavía no son como para despreocuparse. Y el lunes salen los niños. Dejad que se acerquen a mi, diría Iglesias. El de las chaquetas de Zara y el chalet con jardín.

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