Llega noviembre y con él una estampa clásica en las cofradías: las dolorosas vestidas de luto. En este arranque de mes, una de las estampas que más esperan ver los sevillanos es a la Macarena y la Esperanza de Triana con sus ternos negros para honrar la memoria de los fieles difuntos. Una imagen que se puede contemplar desde este martes, cuando ambas imágenes se presentan ante los devotos con ese atuendo.
La primera en hacerlo fue la Esperanza de Triana, que desde la tarde del pasado lunes luce la saya más antigua que posee, la que bordó Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1891 en estilo asimétrico y que se completa con un manto de vistas bordadas diseñado por Javier Sánchez de los Reyes y confeccionado en el taller de Fernández y Enríquez en 1998.
Remata el conjunto una corona de plata del siglo XIX, estrenada en 2017, que guarda semejanza con la que poseía hasta 1937, obra de Justino de Guzmán. Luce también puñal, ancla y salvavidas (símbolos de esta advocación trianera) de carey y plata. La Dolorosa de la calle Pureza se encuentra aún presidiendo el altar provisional de la Capilla de los Marineros, a la espera de que concluyan los trabajos de la primera fase de reforma de su camarín.
Así se encuentra la Esperanza de Triana para el mes de noviembre.
Por su parte, la Macarena ha amanecido este 2 de noviembre en su basílica con el conjunto de saya y manto negros procedentes del palio que realizó Rodríguez Ojeda a principios del siglo XX y del que confeccionó Victoria Caro en 1942.
La Macarena con su nueva corona.
Una de las novedades en su atavío es la corona de plata de 1849, adquirida en un anticuario y que por la fecha de su datación recuerda a una presea de similares características que poseía la dolorosa de San Gil. Ha sido donada por la mayordomía del Santo Rosario, como ocurrió con la de García Armenta en 1969.
