Pese a la crisis del sector fonográfico, Contrastes Records, el sello radicado oficialmente en Londres, pero vinculado al Festival de la Guitarra de Sevilla, sigue adelante con sus producciones, muchas de ellas realizadas por artistas premiados o que han pasado por el certamen, pero otras no. Es el caso de este álbum de la canadiense Marlène Demers-Lemay, que fue registrado en 2017 en los estudios que tiene el sello en el pueblo sevillano de Burguillos, lugar de residencia de su alma mater, Paco Bernier.

Demers-Lemay se sale de los caminos más trillados de repertorio para ofrecer un programa de música francesa muy poco transitado, que recoge el impacto que para muchos músicos franceses supuso la figura de Andrés Segovia, convertido desde su primer éxito en París en 1924 en una especie de Orfeo de la guitarra al que muchos se rindieron escribiendo obras en el deseo de que el maestro las hiciera suyas.Posiblemente es la figura del franco-polaco Alexandre Tansman (1897-1986) la más famosa en su relación con Segovia, y su Cavatina de 1950, escrita en cuatro movimientos y dedicada al linarense, ha acabado convertida en habitual del repertorio guitarrístico.

Des parfums, la nuit - Demers-Lemay

Mucho menos conocido es Pierre de Breville (1861-1949), cuya Fantaisie es obra de tal dificultad que Segovia no llegó a tocarla nunca, aunque estaba en sus archivos. De curiosidad puede tildarse la Sarabande de Francis Poulenc (1899-1963), la única obra que el gran compositor parisino dedicó a la guitarra, una pieza de poco más de dos minutos de duración con resonancias a músicas antiguas.

Debussy, inspirador del título del álbum, se alza como referente de sus tres últimas obras, en el caso del Soliloque de Henri Sauguet (1901-1989) con Falla como intermediario, ya que la pieza parte del Homenaje que el gaditano escribió a la muerte de Debussy. Otro homenaje es el que le dedica Georges Migot (1891-1976) cuyo Pour un hommage à Claude Debussy está en tres tiempos y, en un lenguaje de gran libertad, incluye referencias tanto al universo de lo español como a la música del siglo XVII francés. Finalmente, es la propia Marlène Demers-Lemay la que brinda su homenaje al autor de Pelléas et Mélisande con una transcripción de su Elégie, su penúltima obra para piano, que fue compuesta en 1915, en plena Gran Guerra.

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