"Si algo me atrevo a sugerir a los guerrilleros de las FARC es simplemente que declaren por cualquier vía a la Cruz Roja Internacional la disposición de poner en libertad a los secuestrados y prisioneros que aún estén en su poder, sin condición alguna", dice Castro en un artículo publicado este domingo en la prensa oficial cubana.
El veterano revolucionario de casi 82 años y gran influencia en guerrillas y movimientos izquierdistas de América Latina en el último medio siglo, celebró el jueves la liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt y otras 14 personas, quienes -dijo- "nunca debieron ser secuestrados", pues "eran hechos objetivamente crueles".
Pero en su nuevo artículo aclara que no está "sugiriendo a nadie que deponga las armas", pues en su opinión aquellos que lo hicieron en los últimos 50 años "no sobrevivieron a la paz".
Tras el triunfo de la revolución cubana en 1959, Castro alentó movimientos armados en América Latina durante la década de los 60 y 70 -excepto en México-, tanto por convicciones políticas como en respuesta al aislamiento a que sometió Washington a Cuba en la región, según ha explicado después.
Los hombres del comandante cubano Manuel Piñeiro, "Barbarroja", caminaron por la región dando apoyo a diversos movimientos, cuyos líderes eran recibidos en La Habana. En el caso colombiano, las relaciones fueron con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con el desaparecido M-19.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) "estaban bajo la influencia del Partido Comunista de la URSS y no del de Cuba. Eran solidarios con nuestra Revolución pero no subordinados", aclaró Castro en su comentario de este domingo.
Poniendo luz en su relación con el máximo líder y fundador de las FARC, Manuel Marulanda "Tirofijo", fallecido en marzo de este año por causas naturales, Castro reconoció que "fue guerrillero antes que nosotros", "de notable inteligencia natural y dotes de dirigente".
Aclaró que a diferencia de Cuba, las FARC no pretendían tomar el poder. Marulanda "concebía una larga y prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía. Nunca tuve posibilidad de intercambiar con él", afirmó Fidel.
A pesar de establecer esa distancia, el líder comunista cubano sostiene que "fueron los narcotraficantes y no las FARC quienes desataron el terror en ese hermano país".
Castro, alejado del poder desde hace dos años por enfermedad y dedicado a escribir artículos desde marzo de 2007 -más de un centenar hasta ahora-, dijo que durante 30 años Cuba se ha pronunciado por un acuerdo de "paz verdadera" en Colombia.
"Nuestra posición (es) en favor de la paz en Colombia, pero no estamos a favor de la intervención militar extranjera ni con la política de fuerza que Estados Unidos pretende imponer a toda costa y a cualquier precio a ese sufrido y laborioso pueblo", subrayó.
Tras citar a diplomáticos y medios de prensa que involucran a Estados Unidos en el rescate de Betancourt, afirma que "nunca apoyaré la paz romana que el imperio pretende imponer en América Latina".
La Habana ha servido de escenario para los encuentros entre el Gobierno colombiano y el ELN en busca de un proceso de paz, y el propio Castro ejerció su influencia en los 90 para la liberación de un hermano del ex presidente César Gaviria, que había sido secuestrado por un grupo rebelde minoritario.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios