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Comienza el juicio a los presuntos autores de los ataques del 11-S

  • El presunto cerebro de los atentados, Jalid Sheij Mohamed, declara ante el tribunal militar que quiere ser "un mártir".

El presunto cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Jalid Sheij Mohamed, podrá representarse a sí mismo ante un tribunal militar antiterrorista, ya que el juez ha aceptado su petición al inicio del jucio que ha comenzado comienza hoy contra los presuntos autores de los ataques al World Trade Center.

"No aceptaré ningún abogado. Me representaré yo mismo", dijo en inglés Mohamed, tras entonar unas cánticos religiosos en árabe, que el juez Ralph Kohlmann, un coronel de los Marines, permitió por algunos minutos.

Kohlmann dijo que "ésa es una de las opciones que usted tiene" y le preguntó si entendía que puede llegar a ser condenado a muerte.

"Eso es lo que quiero. Hace mucho que pretendo ser un mártir", afirmó Mohamed, quien dijo que no aceptará a ningún abogado de Estados Unidos, por las acciones de ese país en Afganistán, Irak y "la Tierra Santa".

El magistrado le dijo que representarse a sí mismo es "poco recomendable" y le instó a cambiar de opinión, pero Mohamed insistió. "El tribunal acepta esa decisión hoy", dijo Kohlmann, quien le advirtió de que los abogados "no hablarán por usted en estos procedimientos", lo que Mohamed aceptó.

El juez dijo que su abogado militar lo seguirá asesorando, pero dijo que estudiará si sus letrados civiles podrán seguir en el caso o no, dado que ya no le representarán.

Mohamed se quejó de que "todo lo que hablamos es bajo tortura". "Esto es la inquisición, no un juicio", afirmó.

La CIA ha reconocido que sometió a Mohamed, de 43 años, a asfixias simuladas, que las asociaciones de defensa de los derechos humanos consideran tortura.

Mohamed pidió también poder hablar con los otros cuatro presuntos miembros de Al Qaeda junto a los cuales está siendo procesado, pero Kohlmann dijo que no permitirá "una defensa conjunta".

El presunto cabecilla de los atentados apareció hoy públicamente por primera vez desde su captura en 2003, ataviado con una túnica y gorro blancos, los que, según la coronel del Ejército Wendy Kelly, usan normalmente los prisioneros en Guantánamo.

Tiene una barba larga, canosa, al contrario que en las fotos distribuidas por el Pentágono cuando fue capturado en 2003 en Pakistán, en las que aparecía con bigote. El inicio del juicio en sí está marcado para el 15 de septiembre.

Mohamed criticó de que en una declaración anterior ante una junta militar, cerrada a la prensa, "tradujeron mal mis palabras y pusieron palabras en mi boca".

"Mi inglés no es malo", dijo Mohamed, quien estudió ingeniería en Carolina del Norte, pero aun así pidió un traductor.

También comparecieron hoy Ali Abdul Aziz Ali, Walid bin Attash, Ramzi Binalshibh y Mustafa al-Hawsawi.

El tribunal, levantado en una antigua pista de aterrizaje, está dotado de un sistema que permite al toque de un botón suprimir el audio en el área de observación donde se encuentra la prensa y miembros de algunas organizaciones no gubernamentales.

El sonido es transmitido con 20 segundos de retraso, para que un oficial de inteligencia revise el contenido y pueda recomendar al juez censurarlo.

Mohamed ha confesado ser el artífice de los atentados del 11-S, que causaron casi 3.000 muertes, y ha dicho que él mismo decapitó al periodista estadounidense Daniel Pearl en 2002.

Binalshibh presuntamente estaba destinado a ser uno de los secuestradores, pero no pudo lograr un visado para entrar en Estados Unidos, por lo cual se convirtió en su principal intermediario con Mohamed.

Ali supuestamente se ocupó de enviar dinero a los secuestradores y al-Hawsawi fue su asistente. Bin Attash presuntamente entrenó a algunos de ellos.

La fiscalía ha pedido la pena de muerte para los cinco. Todos estuvieron confinados en prisiones secretas de la CIA desde su captura hasta septiembre de 2006, cuando fueron trasladados a Guantánamo.

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