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Israel y la UE evidencian su divorcio

  • Las discrepancias con el Gobierno de Netanyahu sobre el bloqueo de Gaza y el reconocimiento del Estado palestino retumban durante la visita de la jefa de la diplomacia europea a Jerusalén

La primera visita al exterior de la nueva jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, sirvió ayer para evidenciar el divorcio entre el actual Gobierno israelí y la Unión Europea, en las antípodas respecto a la forma de resolver el conflicto en Palestina.

Desde hace meses, diplomáticos europeos admiten que la relación sufre por la insistencia del Ejecutivo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de profundizar la ocupación y acelerar la colonización, estrategia que "está asfixiando la solución de los dos Estados, por la que apuesta la UE".

Esas discrepancias se hicieron patentes ayer a través de los discursos que Mogherini hizo ante su homólogo israelí, Avigdor Lieberman, y ante el propio Netanyahu, y por la réplica de estos. Una disonancia que se asienta en tres elementos claves: la citada colonización, el bloqueo a Gaza y el reconocimiento que Suecia hizo hace dos semanas del Estado de Palestina, primer país de la Unión en hacerlo.

A ello se ha unido la tensión en torno a los barrios Este de Jerusalén, escenario de enfrentamientos, atropellos intencionados e intentos de asesinatos palestinos y presiones de movimientos ultranacionalistas judíos desde el inicio del verano.

Sobre el primer asunto, Mogherini quiso dejar claro que la recién estrenada Comisión Europea pretende desempeñar un papel político más relevante con el objeto de recuperar el diálogo, pero desde un ángulo nuevo que favorezca el éxito de la solución de los dos Estados.

"Es primordial recuperar el diálogo, pero no solo retomarlo sino hacer que este tenga un resultado", aseguró Mogherini antes de subrayar que en esta senda "la construcción de colonias (judías) es un obstáculo".

La UE ya ha sancionado los productos israelíes procedentes de las colonias y no descarta otras opciones si Israel sigue adelante con la construcción.

La réplica se la dio después el propio Netanyahu, quien negó la división de Jerusalén y dijo que responsabilizar a la colonización del actual deterioro es "una falacia". "Jerusalén es una cuestión muy sensible. La tratamos con mucha sensibilidad, pero es también nuestra capital y por lo tanto no es una colonia", consideró.

Mogherini fue igualmente contundente tanto en la defensa del Gobierno de unidad palestino como en las críticas a Israel por los impedimentos en la reconstrucción de Gaza. "Lo que está ocurriendo en Jerusalén en las últimas semanas es muy preocupante. Y también que desde que se alcanzó un alto el fuego (en Gaza) en agosto tengamos dificultades para avanzar en el diálogo directo", dijo.

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