La Cámara Federal de Argentina confirmó que la muerte del fiscal Alberto Nisman en enero de 2015, cuatro días después de acusar a la entonces presidenta, Cristina Fernández, de encubrir a presuntos terroristas, fue un homicidio y no un suicidio.

El más alto tribunal del país por debajo de la Corte Suprema confirma así el punto de vista del juez federal encargado del caso, Julián Ercolini, quien en base a las pruebas recopiladas por la Fiscalía había ya apuntado la hipótesis del asesinato.

"Procede encomendar a los magistrados a cargo de la investigación el sostenido avance del curso de la instrucción con miras a la completa y cabal determinación de los responsables del homicidio de Natalio Alberto Nisman, con la celeridad y seriedad que tan grave hecho impone", señaló la Cámara en su resolución.

El pasado año el Ministerio Público reconstruyó la muerte del fiscal, estableciendo que dos personas lo golpearon, drogaron con ketamina y asesinaron en su casa cuando investigaba el atentado contra la mutua judía AMIA de Buenos Aires en 1994, que causó 85 muertos.

"La investigación ha logrado acreditar prima facie que Nisman fue asesinado y que dicho suceso fue directa consecuencia de la denuncia formulada el 14 de enero de 2015 como titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado perpetrado contra la sede de la AMIA", remarca el texto.

Cuatro días antes de aparecer con un tiro en la cabeza en su casa, el fiscal denunció a la presidenta y su canciller por la firma de un acuerdo entre Argentina e Irán en 2013 que escondía un pacto para encubrir a los sospechosos del ataque, entre ellos ex altos cargos iraníes, para favorecer el intercambio comercial, algo que la presidenta siempre negó.