Miles de griegos pidieron ayer en las calles de la capital del país que el Gobierno de Alexis Tsipras retire la reforma de las pensiones y fiscal que se votaba anoche y con la que el Ejecutivo espera cumplir los compromisos con sus acreedores internacionales la víspera de que se reúna el Eurogrupo.

Tras dos jornadas de huelga general los principales sindicatos helenos convocaron manifestaciones para ayer, tanto por la mañana, en diversos puntos del centro de Atenas, como por la tarde, frente al Parlamento.

La más numerosa fue la que organizó el sindicato PAME -vinculado al Partido Comunista (KKE)- a la que asistieron 7.000 personas según la policía, mientras que a la convocada por el principal sindicato del sector privado (GSEE) asistieron 1.500 personas. Por la tarde, al llamamiento del sindicato del sector público (Adedy) a protestar ante el Parlamento, al comienzo de la sesión parlamentaria que concluirá con la votación, acudieron alrededor de 10.000 personas.