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Obama vuelve a la cuerda floja

  • El bloqueo de los republicanos a la reforma sanitaria aboca al Gobierno de EEUU a la suspensión de pagos

El Senado de Estados Unidos, controlado por los demócratas, rechazó ayer la propuesta republicana aprobada en la Cámara Baja que supeditaba la financiación del Gobierno a retrasar la aplicación de la reforma sanitaria, con lo que parecía inevitable al cierre de esta edición que la Administración suspendiera pagos parcialmente.

Con una votación de 54 a 46, el Senado rechazó la medida aprobada el domingo por la Cámara de Representantes, con la que mantiene su pulso mientras prosiguen los contactos bipartidistas, a pocas horas del cierre del año fiscal sin que el Gobierno de Obama disponga de un nuevo Presupuesto.

Como estaba previsto, el Senado votó en contra de la enmienda republicana que buscaba retrasar la aplicación de la reforma sanitaria, uno de los mayores logros del mandato del presidente Barack Obama, y devolvió la ley presupuestaria a la Cámara Baja.

"El destino del país está en juego", enfatizó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, tras la votación.

A la medianoche de ayer terminaba el año fiscal y se agotaron los fondos disponibles para las actividades no esenciales del Gobierno. Esa suspensión de pagos obligaría a enviar a casa a casi 800.000 funcionarios durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de 1.000 millones de dólares a las arcas públicas, según la Casa Blanca. Se mantendrían servicios esenciales relativos a la seguridad nacional, correos, tráfico aéreo y la seguridad ciudadana.

Tras recibir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca, Obama dijo ayer que no está "resignado en absoluto" a que el Congreso no vaya a conseguir un acuerdo de última hora para evitar que el Gobierno federal tenga que suspender pagos temporalmente.

"El Congreso tiene dos responsabilidades: aprobar un presupuesto y pagar sus facturas, y yo estoy abierto y deseoso de tener negociaciones sobre un presupuesto a largo plazo que se asegure de que invertimos en la clase media y ayudamos a que la economía crezca", aseguró el presidente.

Obama dijo que el Gobierno no puede quedar paralizado por la falta de asignaciones presupuestarias en un momento delicado para la economía, al tiempo que advirtió del peligro de que no haya tampoco acuerdo en el aumento del techo de la deuda, debate que se deberá abordar antes de mediados de octubre y es precisamente lo que condiciona que sea preciso autorizar prórrogas de financiación.

El cierre del Gobierno sería el primero desde 1996 y comenzaría hoy, el primer día del nuevo año fiscal, a menos que los legisladores encontraran una solución de último minuto en las sesiones de anoche.

EEUU ya se asomó al abismo al final del año 2012, cuando el Senado aprobó in extremis un acuerdo entre la Casa Blanca y los republicanos para sacar a Estados Unidos del precipicio fiscal en el cual entró, al menos técnicamente, llegado el Año Nuevo durante dos horas, aunque al ser festivo no ha hubo consecuencias. Barack Obama dijo que había sido "muy difícil" para los republicanos aceptar que "los impuestos para los más ricos deberían aumentar un poco como parte de un paquete global de reducción del déficit".

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