La Marina rusa detuvo ayer a ocho supuestos secuestradores del carguero finlandés Arctic Sea, informó el ministro de Defensa ruso, Anatoli Zerdiukov, en Moscú.

La Flota del Mar Negro rusa liberó el lunes a los 15 miembros de la tripulación rusa del barco desaparecido en extrañas condiciones, tras ubicarlo ante la costa oeste africana, cerca de Cabo Verde.

Según la información, los supuestos secuestradores proceden de Rusia, Letonia y Estonia. El objetivo del asalto y otras múltiples cuestiones, sin embargo, siguen sin aclararse.

La finlandesa Solchart Management, dueña del barco, negó al portal Life.ru que los piratas pidieran rescate y aseguró que no pagó nada. El barco, añadió, resultó dañado y le costará mucho salir de aguas africanas. La compañía con la que estaba asegurada el barco contradijo esa información: "El 3 de agosto recibimos una demanda en inglés del pago de 1,5 millones de dólares (1,06 millones de euros). Si no, matarían a tiros a la tripulación y hundirían el barco", dijo Vladimir Dushin, de Renaissance Insurance.

La aseguradora trasladó la información a las autoridades rusas. El Arctic Sea estaba asegurado por valor de cuatro millones de dólares (2,8 millones de euros). Dushin no reveló si se pagó o no un rescate.

El Ministerio de Defensa ruso cree que el barco fue tomado ya el 24 de julio. Los secuestradores se acercaron en una embarcación inflable al navío con el pretexto de pedir ayuda, informó el ministro Zerdiukov al presidente ruso, Dimitri Medvedev.

Tras el secuestro, todos los utensilios de navegación fueron apagados, añadió el ministro, lo que explicaría la falta de contacto y el misterio surgido durante semanas en torno a la localización del barco.

Unos 20 países buscaron en los últimos días el barco de bandera maltesa desaparecido, que debía llevar madera por valor de més de un millón de euros de Finlandia a Argelia. Desde hace días, se especulaba con que el barco había caído en manos de piratas, se había hundido o estaba camino de África con una carga secreta.