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Terremoto político a la vista en Japón

  • El actual primer ministro puede convertirse en el quinto que cae en cuatro años

Ichiro Ozawa, el poderoso Shogun (comandante) en la sombra de la política japonesa, desafió ayer el liderazgo del actual primer ministro, lo que amenaza con causar un nuevo cisma político en una país que ha tenido cinco jefes de Gobierno en cuatro años.

Ozawa, un veterano político de 68 años con varios escándalos financieros a sus espaldas, anunció que optará el 14 de septiembre a la presidencia del gobernante Partido Democrático (PD) junto a Naoto Kan, elegido primer ministro el pasado 8 de junio.

Para los analistas, esta rivalidad de Ozawa es muy peligrosa puesto que podría suponer que el país nipón tenga su tercer ministro en lo que va de año y el sexto desde septiembre de 2006.

Este terremoto político puede suceder sólo un año después de los comicios generales celebrados el 30 de agosto de 2009 que dio la victoria por una abrumadora mayoría al Partido Democrático, que con su promesa de cambio puso fin a medio siglo de dominio del conservador Partido Liberal Demócrata (PLD).

Yukio Hatoyama fue el vencedor en esas elecciones pero su escasa popularidad y una larga polémica suscitada por el mantenimiento en Okinawa de una base militar estadounidense le obligaron a presentar su dimisión en el mes de junio.

Precisamente Hatoyama facilitó el desafío político de su antiguo valedor Ozawa. "El ex primer ministro dijo que me dará su apoyo si me presento a la elección", afirmó Ozawa, fundador en 2003 junto a Hatoyama del Partido Democrático.

La elección interna a la presidencia del PD, según los medios japoneses, podría depender de Hatoyama quien controla a 60 legisladores mientras que Ozawa cuenta con el respaldo de 150, por unos 120 de Naoto Kan, cuyo liderazgo no parece consolidado ya que en menos de tres meses en el cargo ha visto cómo Japón dejaba de ser la segunda potencia mundial en favor de China.

Por su parte, la posición de Ozawa tampoco es clara. No es popular entre los votantes debido a sus continuos escándalos de corrupción y negociador de bambalinas.

A los comicios de septiembre se presentarán unos 345.000 correligionarios del PD, entre ellos 412 parlamentarios, para la renovación en la presidencia del partido que ya estaba previsto antes de la dimisión de Hatoyama y del propio Ozawa por una trama de financiación ilegal.

Si el actual primer ministro pierde, Japón estará listo para un nuevo deja vu de su clase política: otro primer ministro que durará menos de un año en el cargo.

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