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Unicef denuncia que los niños son las mayores víctimas de los conflictos

  • Los menores que viven en zonas en guerra sufren reclutamiento forzado, violencia sexual y son utilizados como escudos humanos

Los actuales conflictos armados en distintas partes del mundo afectan de manera desmedida a los niños, que no sólo mueren y son heridos en los combates, sino que sufren reclutamiento forzado, violencia sexual, mutilación y son usados como escudos humanos, denunció ayer Unicef.

Los niños han sido víctimas en 2017 de ataques "a una escala espantosa por el desprecio total de las normas internacionales que protegen a los más débiles", subrayó el organismo de la ONU a cargo de la protección de la infancia al hacer balance del año.

19.000Niños reclutados a la fuerza. Más de 2.300 de ellos murieron en los combates en Sudán del Sur

Los menores son víctimas de grupos armados rebeldes, de prácticas ilegales de ciertos ejércitos, de grupos terroristas y de las minas y artefactos explosivos sin estallar que todos estos dejan a su paso.

Según los datos recopilados por Unicef este año, 700 niños fueron asesinados en el conflicto de Afganistán en los primeros nueve meses del año, mientras que en Iraq y Siria fueron regularmente utilizados como escudos humanos, víctimas de asedio armado, blanco de francotiradores, además de los años que ya viven en medio de la violencia y bajo bombardeos.

En Yemen, los datos que han podido ser verificados indican que 5.000 niños han muertos o resultado heridos en los 1.000 días del conflicto armado entre una coalición militar dirigida por Arabia Saudí y los rebeldes de la comunidad chíi de los hutíes. Sin embargo, se teme que la verdadera cifra de menores yemeníes afectados sea mucho más alta.

El conflicto en Yemen ha causado una grave crisis alimentaria, que hace que 1,8 millones de niños se encuentren malnutridos, de los que casi 400.000 están gravemente desnutridos y deben recibir tratamiento para sobrevivir.

En Birmania, los niños de la minoría musulmana rohinyá han sufrido en los últimos meses violencia generalizada y han sido testigos de la destrucción de sus aldeas, por lo que fueron forzados a abandonar sus comunidades y desplazarse hacia campamentos de refugiados en Bangladesh.

Unicef considera que en zonas remotas del estado noroccidental de Rakain, donde históricamente han estado instalados los rohinyá, los niños siguen sufriendo las tensiones que persisten entre el Ejército birmano y grupos armados formados sobre bases étnicas.

En África, la extensión del conflicto interno en República Democrática del Congo (RDC) a la región central de las Kasai ha causado el desplazamiento forzado de 850.000 niños, afectados además por la destrucción de 400 escuelas y 200 centros de salud.

En el noreste de Nigeria y en Camerún, el grupo yihadista Boko Haram obligó este año a 135 niños a efectuar atentados suicidas, cinco veces más que el año pasado.

En Sudán del Sur, donde el conflicto interno ha llevado a una situación de hambruna en varias partes del país, más de 19.000 niños fueron reclutados por la fuerza para participar en los combates y más de 2.300 murieron en ellos.

En Europa, concretamente en el este de Ucrania, 220.000 niños viven bajo la permanente amenaza de las minas antipersonales y de los dispositivos explosivos abandonados en cualquier parte y con los que muchas veces tropiezan o simplemente recogen como si se tratase de un juguete.

Frente a esta situación alarmante, Unicef pidió a los países que usen su influencia para que las partes combatientes en los conflictos cumplan con respetar y proteger a los niños, así como la infraestructura básicas para sus vidas.

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