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Más antiguo que la lata de Coca-Cola

  • Pese a la promesa demócrata de que no usarían la edad de McCain como arma electoral, un estratega del partido ha lanzado una campaña para evidenciar su vejez

La promesa que hicieron los demócratas de que no usarían la edad de John McCain como arma electoral no ha impedido el lanzamiento de una campaña que denuncia que el candidato republicano es, a sus 71 años, más viejo que la lata de Coca-Cola.

Detrás de la campaña se encuentra Steve Rosenthal, un conocido sindicalista y estratega demócrata que ha querido poner en evidencia no sólo que "John McCain es viejo", sino que además "se puede ser más joven que McCain y todavía ser muy, muy viejo".

Esta idea es la piedra angular sobre la que gira la campaña, que consta de una página web, youngerthanmccain.com (MasJovenQueMcCain), y un vídeo jocoso que destaca que, de hecho, el aspirante a la Casa Blanca es más antiguo que la radio de Frecuencia Modulada.

La reacción del Partido Republicano no se hizo esperar, y la portavoz de la formación, Hessy Fernández, aseguró que "los ataques políticos a la edad del senador John McCain muestran lo desesperados que están los demócratas y cómo se olvidan tan rápido de las políticas de esperanza y unidad que tanto promueven".

En el vídeo de la campaña, de un minuto y medio, se elabora un listado de algunas de las cosas que no existían cuando McCain nació, el 29 de agosto de 1936.

La lista incluye el Golden Gate, el famoso puente de la bahía de San Francisco, así como la radio de Frecuencia Modulada, la televisión en color, el velcro, el nailon y las populares cadenas de comida rápida McDonald's y Burger King. El vídeo asegura además que el candidato es más anciano que algunos países, como Indonesia, Pakistán e Islandia.

La visión que tiene el propio Rosenthal de McCain -que sería el político de mayor edad que llega a la Casa Blanca- queda clara en su página web, a tenor de los comentarios que hace de él.

"John McCain viene de otra época, es un viejo caballo de batalla atascado en el pasado, con una visión del mundo anticuada", dice el estratega.

Por ello, el vídeo que han elaborado sus colaboradores tiene como objetivo poner de manifiesto, de manera divertida, que McCain es una persona mayor que ha perdido el contacto con la realidad.

La avanzada edad del ya candidato republicano ha sido un asunto que ha estado planeando durante toda la campaña electoral, pero que el propio McCain se ha tomado siempre con humor.

"Soy más viejo que el polvo, y tengo más cicatrices que Frankenstein", ha dicho en sus mítines McCain.

Pero en su opinión, esas arrugas no implican que sea demasiado viejo para gobernar, sino lo suficientemente sabio para vencer a rivales más jóvenes como Hillary Clinton o especialmente Barack Obama, con el que se lleva más de un cuarto de siglo. La postura oficial del Partido Demócrata, como dijo recientemente el presidente de la formación, Howard Dean, es que no se iba a convertir la edad del contrincante republicano en un arma electoral. "Nuestros altos estándares éticos nos lo impiden", dijo el político.

No obstante, reconoció que las bases del partido están preocupadas por las posturas "anticuadas" del senador de Arizona, además de por su estado de salud, ante la constancia de que ha estado luchando contra el cáncer.

La semana pasada, otro demócrata, el congresista Jack Murtha dijo sin tapujos que McCain es demasiado viejo para ser presidente. "Este hombre es tan viejo como yo. Y déjenme decirles algo, (la Presidencia) no es un trabajo para viejos", dijo Murtha, de 75 años. El congresista hizo estos comentarios en un acto en el que actuó de introductor de la senadora Hillary Clinton quien, por supuesto, no hizo ninguna referencia al asunto.

Mientras tanto, McCain demuestra conocer el camino que le separa de las elecciones presidenciales. Son siete meses en los que debe perfilar su campaña para distanciarse de la pobre percepción pública que deja el presidente Bush y convencer, a la vez, a los sectores más conservadores del Partido Republicano. El senador por Arizona ha demostrado su doble juego esta semana: criticando la actuación de la administración Bush frente al desastre del Katrina pero apostando al mismo tiempo por el recorte de impuestos propuesto por la Casa Blanca y que él mismo rechazó hace ya siete años.

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