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Un dirigente de Hezbolá muere en un atentado en Damasco

  • Emad Mughaniya, presunto autor intelectual de los ataques más sonados y osados de finales del siglo XX, era uno de los terroristas más buscados por EEUU

Uno de los fundadores del movimiento islamista Hezbolá murió en la noche del martes en un atentado con coche-bomba en Damasco, según confirmó ayer en Beirut un portavoz de esa organización radical.

El portavoz, Hussein Rahhal, identificó a la víctima como Emad Mughaniya, un libanés de origen palestino que era considerado como uno de los principales dirigentes militares de Hezbolá.

"Un gran yihadista de la resistencia islámica en el Líbano se unió a los grandes mártires (...) Nuestro gran líder Emad Mughaniya murió como mártir asesinado por los israelíes sionistas", anunció el movimiento islamista en un comunicado retransmitido por su canal de televisión.

La oficina del primer ministro judío, Ehud Olmert, respondió con un comunicado que negaba esa versión: "Israel rechaza el intento de elementos terroristas de implicarlo en este hecho".

La explosión alcanzó el todoterreno de Mughaniya que estaba aparcado cerca de una plaza en el centro de Damasco, a 300 metros de distancia de una escuela iraní, según fuentes de Hezbolá.

De acuerdo con datos extraoficiales, el dirigente iba a reunirse en Damasco con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, cuya llegada a la capital siria había sido anunciada para la noche de ayer. Mughaniya era considerado un estrecho aliado del Gobierno islámico iraní.

Mughaniya estaba en busca y captura por varios estados occidentales, entre ellos Estados Unidos, por su presunta autoría intelectual en alguno de los atentados más sonados y osados de finales del siglo XX, como el ataque contra el cuartel general de los marines en Beirut en 1983 (241 muertos) o el atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires de 1992 (29 muertos).

Asimismo, a Mughaniya se le atribuye la orden de secuestro de dos aviones kuwaitíes en los años ochenta, que finalmente fueron desviados a Teherán y a Argelia.

La muerte de Mughaniya ha despertado reacciones positivas en Estados Unidos, que considera que "el mundo es un lugar mejor sin él" y el enojo de Irán, que acusa a Israel del atentado.

"El mundo es un lugar mejor sin este hombre en él. Era un asesino a sangre fría, un asesino de masas y un terrorista responsable de la pérdida de incontables vidas inocentes", ha afirmado el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack. "De una manera u otra se ha hecho justicia", ha agregado.

Irán, por su parte, ha reaccionado con ira y ha pedido a la comunidad internacional que condene el asesinato de Mughaniya. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mohamad Ali Hosseini, ha solicitado también que se impida que Israel "emprenda medidas similares que están en total contravención con las reglas internacionales".

La muerte del dirigente de Hezbolá tiene lugar en un momento en que el Líbano, sin presidente desde noviembre, se encuentra sumido en su peor crisis política desde el final de la guerra civil.

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