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Amro Musa, ex secretario general de la Liga Árabe

"Se ha exagerado la brecha entre la Junta Militar y el pueblo"

  • El político egipcio, uno de los favoritos para ganar las elecciones presidenciales, cree que las diferencias entre laicos e islamistas en su país no son decisivas

El candidato presidencial egipcio Amro Musa considera que "se ha exagerado la brecha" entre la Junta Militar y el pueblo de Egipto a raíz de las protestas de la plaza Tahrir, y sostiene que la celebración de las elecciones legislativas "es la prueba del éxito de la revolución".

En una entrevista exclusiva con Efe, Musa reconoció que todos han tenido "muchas reservas" hacia la autoridad castrense que dirige Egipto desde la renuncia en febrero del ex presidente Hosni Mubarak, "pero la gran mayoría de los egipcios no puede aceptar que el caos afecte a sus vidas".

"No se puede decir tan fácilmente a la Junta: entreguen el poder a los civiles. ¿Quiénes son esos civiles que van a asumir la autoridad? ¿Quién les encomendó esa misión?", se preguntó Musa, uno de los grandes favoritos para las presidenciales de 2012.

Por ello, el ex secretario general de la Liga Árabe sostuvo que la transferencia de poder debe realizarse a una autoridad civil elegida democráticamente, ya sea un gobierno, un presidente o un Parlamento, y no a "civiles" en general. "Cuando hablamos de la plaza Tahrir no hablamos de un único grupo, sino de muchas corrientes dentro de la plaza que quieren cosas diferentes", dijo Musa, antes de agregar que "se ha exagerado la brecha que hay entre la Junta Militar y el pueblo egipcio".

Miles de personas protestan desde el pasado 19 de noviembre en la plaza Tahrir de El Cairo contra la Junta Militar, en una concentración marcada en sus primeros días por los graves disturbios entre la Policía y manifestantes, que causaron la muerte de 41 personas en todo el país.

Pese a que el pasado viernes decenas de miles de personas acudieron de forma masiva a la plaza para exigir que el poder sea entregado a una autoridad civil, la convocatoria ha perdido fuerza esta semana, en paralelo al comienzo de las primeras elecciones del Egipto después de Mubarak.

Musa consideró que los comicios pueden calificarse hasta el momento como "un éxito total" y destacó que por ahora no se han registrado grandes irregularidades. "A partir de ahora nadie podrá decir: ¿Qué ha traído la revolución a Egipto? Ha devuelto la confianza al país. Nadie ha ido a los colegios a decir a la gente a quién tiene que votar o a forzar su voto", reflexionó.

El pasado domingo, Musa y otros líderes políticos acordaron con la Junta Militar, encabezada por el mariscal Husein Tantaui, la formación de un Consejo Consultivo Civil, que asesorará a los generales hasta que se forme el nuevo Parlamento, una situación prevista para el mes de marzo. El candidato presidencial defendió la creación de este órgano como "una ayuda importante para distender la situación, porque será una asamblea que agrupe a todos los políticos, los partidos, los candidatos...".

Por ello, "será muy importante que el pueblo vea este Consejo como una red de seguridad" frente a posibles desviaciones del proceso, y se mostró dispuesto a formar parte de él, aunque todavía se desconoce su composición.

En la entrevista, Musa admitió que Tantaui le ofreció la semana pasada ser el primer ministro del país, pero tras debatirlo acordaron que "quizás éste no es el momento adecuado", ya que prefiere enfocar sus esfuerzos en la candidatura presidencial.

De cara a las presidenciales, Musa se presentó a sí mismo como "un candidato independiente apoyado por muchos partidos", aunque reconoció tener sus preferencias, que se reserva porque "pertenecen a la esfera privada".

Respecto a la brecha en Egipto entre las fuerzas laicas y los islamistas, presumibles vencedores de los comicios legislativos, aseguró que ésta "siempre ha estado ahí, pero no es grave, porque muchos religiosos son también hombres sabios y saben lo que se debe y no se debe hacer en una determinada etapa". Por lo tanto, se mostró convencido de que "no habrá demasiados problemas a la hora de crear una nueva Constitución, puesto que el debate estará únicamente en 9 ó 10 artículos conflictivos".

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