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Brexit

La factura del divorcio británico alcanzará los 100.000 millones de euros

  • El ministro británico para el 'Brexit' se niega a abonar esa cifra y el negociador de la CE insiste en que no "piden un cheque en blanco", que sólo es cuestión de que "paguen sus cuentas".

David Davis, ministro británico para el 'Brexit'.

David Davis, ministro británico para el 'Brexit'. / EFE

La factura que el Reino Unido debería pagar por su salida de la Unión Europea (UE) puede ascender a 100.000 millones de euros, más de lo originalmente estimado, según revela este miércoles el periódico económico Financial Times (FT).

El aumento de la factura responde a exigencias más estrictas de Francia y Alemania, y tiene como objetivo hacer aportaciones para el sector agrícola tras el Brexit, así como pagos para cubrir gastos administrativos comunitarios en 2019 y 2020, añade el FT.

La cuenta británica, que forma parte de la negociación sobre los términos de la retirada del Reino Unido de la UE, es uno de los asuntos más conflictivos de las conversaciones, que empezarán de forma concreta tras las elecciones británicas del 8 de junio.

Hasta ahora, se hablaba de que la factura del divorcio británico estaría en torno a los 60.000 millones de euros, pero, según el FT, varios países europeos han endurecido su posición.

París y Varsovia, indica el periódico económico, están a favor de incluir un pago anual agrícola para después del Brexit, mientras que Berlín está en contra de conceder al Reino Unido una participación de los activos (como propiedades) comunitarios.

A raíz de este artículo, el ministro británico para el Brexit, David Davis, declaró este miércoles a la cadena ITV que su país no pagará 100.000 millones, sino que todo se negociará en las reuniones.

"No vamos a pagar 100.000 millones. Lo haremos en la reunión, lo haremos correctamente y vamos a asumir nuestra responsabilidad con seriedad. Lo que tenemos que hacer es analizar en detalle cuáles son los derechos y las obligaciones", añadió Davis.

"En un momento eran 50.000 millones, (después) 60.000 millones, 100.000 millones", comentó el ministro sobre las distintas cifras publicadas por la prensa en las últimas semanas.

"Hemos dicho -puntualizó- que vamos a cumplir con nuestras obligaciones internacionales".

Ante los aparentes desacuerdos sobre si el Reino Unido pagará o no un abultado cheque por la salida, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó este martes que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, descubrirá que es una "mujer extremadamente difícil" en las negociaciones sobre el Brexit.

Según los medios británicos, May está a favor de negociar un acuerdo comercial en paralelo a los términos de la retirada, pero fuentes comunitarias ya han indicado que cualquier futuro pacto entre ambas partes se hará una vez acordado el del "divorcio".

La primera ministra conservadora activó el pasado 29 de marzo el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia las conversaciones de dos años sobre la retirada de un país comunitario del bloque europeo, después de que los británicos votasen a favor del Brexit en el referéndum celebrado el 23 de junio del año pasado.

"No es un castigo sino respeto a compromisos"

El negociador de la Comisión Europea (CE) sobre el Brexit, el francés Michel Barnier, subraya que la suma que el Reino Unido deberá pagar por salir de la UE "no es un castigo ni un impuesto", sino que obedece a la necesidad de que Londres cumpla con los compromisos que ha adquirido.

"Se adoptaron unos compromisos y estos deben cumplirse, es una cuestión de responsabilidad", dijo Barnier en rueda de prensa, en la presentación de la recomendación de la CE para la apertura de las negociaciones con el Reino Unido.

Barnier advirtió que "no respetar las cuentas es una situación que podría explotar", y mencionó los "problemas políticos y jurídicos" que podrían derivar de la interrupción de los proyectos y programas en cuya financiación se ha implicado el Reino Unido.

Aseguró en ese contexto que los Veintisiete nunca han pretendido "pedir un cheque en blanco al Reino Unido", e insistió en que solo es cuestión de que ese país "pague sus cuentas".

El negociador insistió en los tres puntos principales en los que la UE quiere centrar las negociaciones en una primera fase: la protección de los derechos de los ciudadanos (tanto europeos en el Reino Unido como británicos en la UE), así como el acuerdo financiero y evitar una frontera exterior o frontera dura entre Irlanda del Norte e Irlanda.

Por otra parte, Barnier calificó de "encuentro cordial" la cena que la semana pasada mantuvo en Londres junto con Juncker y May.

No obstante, reconoció que "las posiciones (de las partes) son diferentes, a veces muy diferentes", algo que aseguró que "no sorprende a nadie", pero consideró que por ese motivo "hay que empezar las negociaciones lo antes posible".

Insistió además en la necesidad de ser "transparentes" a lo largo de todo el proceso negociador, que auguró será "difícil".

"La UE siempre debe mantener la cabeza fría y orientarse hacia una solución", consideró Barnier, que insistió en la necesidad de "poner todos sus esfuerzos en llegar a un acuerdo".

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