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La junta militar de Tailandia afianza su poder entre protestas ciudadanas

  • Los militares destituyen a más mandos policiales, amenazan a la prensa y realizan nuevas purgas entre los críticos Las protestas ciudadanas exigen el restablecimiento de la democracia

La junta militar de Tailandia afianzó ayer más su poder con más destituciones de mandos policiales, amenazas a la prensa y nuevas purgas de críticos, mientras siguen las protestas ciudadanas para exigir el restablecimiento de la democracia.

Ocho personas más tuvieron que presentarse ante los militares en una base de Bangkok a requerimiento de la junta militar que de esta manera en los últimos tres días ha detenido a cerca de 200 políticos, intelectuales, activistas y periodistas.

Uno de ellos fue el reportero del diario The Nation, Pravit Rojanaphruk, autor de un editorial crítico con el golpe de Estado, que acudió a la base militar con la boca tapada con esparadrapo en señal de protesta. "De camino a ver al nuevo dictador de Tailandia. Espero que sea el último (...) Podrán detenerme pero no encarcelar mi conciencia", dijo el periodista en sus últimos mensajes en su cuenta de Twitter antes de entregarse.

Estas reclamaciones comenzaron el viernes cuando el Ejército citó a 155 políticos y miembros del Gobierno depuesto, entre ellas la ex primera ministra, Yingluck Shinawatra, y 22 miembros de su clan familiar y socios políticos. Yingluck y otros líderes de la corriente política liderada por su hermano, el ex primer ministro, Thaskin Shinawatra, fueron trasladados a bases militares fuera de la capital donde pueden permanecer retenidos hasta una semana, según los militares. Thaksin, derrocado en un golpe en 2006, envió un nuevo mensaje a través de Twitter en el que se declaró "entristecido" como ex primer ministro electo "por los trágicos eventos provocados por otro golpe".

El portavoz del Ejército, Winthai Suwaree, aseguró ayer que todos los detenidos están siendo bien tratados y que varios de ellos ya han sido puestos en libertad. "Ni están encadenados ni han sido torturados. Estamos tratando a todos con honor (...) Les hemos informado sobre la necesidad de que cooperen para ayudar a resolver los problemas del país", dijo Winthai en declaraciones recogidas por The Nation.

La junta militar también ha estrechado el cerco sobre el aparato de seguridad del Estado tras la destitución el sábado de dos altos cargos policiales considerados leales a Thaksin, quien desde 2008 vive exiliado en Dubai. Se trata del jefe de la Policía Real, Adul Saengsingkaew, y el jefe del Departamento de Investigaciones Especiales, Tarit Pengdith, que fueron transferidos a puestos inactivos. También fueron apartados un alto cargo del Ministerio de Defensa y ocho cargos intermedios de la Policía.

Los relevos fueron anunciados junto con la orden de disolución del Senado, que transfiere toda la capacidad legislativa al Consejo Nacional para la Paz y el Orden, nombre oficial de la junta militar.

Los militares también han derogado la Constitución y creado un nuevo Gobierno formado por generales que pretende realizar reformas políticas sin que de momento hayan puesto un plazo para devolver el poder a un Gobierno civil.

Además, la junta militar intensificó la presión sobre los medios de comunicación tras convocar a 18 directores de periódicos a una reunión, mientras varias radios y televisiones, sobre todo internacionales, siguen con las emisiones cortadas.

También amenazó a medios digitales y usuarios de redes sociales con consecuencias penales por publicar noticias que "inciten a la agitación" o causen "confusión al público".

Mientras, grupos de ciudadanos retomaron las protestas contra el golpe de Estado pese a la prohibición impuesta por la junta militar que advirtió que en las actuales circunstancias no se pueden aplicar los principios democráticos normales. "El Consejo Nacional para la Paz y el Orden no pretende todo esto por ninguna razón particular. Pero queremos devolver la felicidad a todos los tailandeses, y crear confianza y estabilidad en Tailandia de cara a la comunidad internacional", dijo el portavoz del Ejército en un anuncio televisado.

Pese al fuerte despliegue de soldados armados, varios centenares de personas se concentraron en el centro de Bangkok donde mostraron pancartas con lemas como "no al golpe", "queremos democracia" y "no le lames las botas a la dictadura".

También pidieron elecciones y volvieron a abuchear y a encararse a los soldados con los que mantuvieron algunos forcejeos.

En los dos días anteriores varios cientos de personas ya se manifestaron en favor de la democracia en varios puntos de la ciudad de Bangkok y en distintas ciudades del país como Chiang Mai, en el norte, donde el sábado hubo tres detenidos en las manifestaciones.

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