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Se recrudece la conspiración para desbancar a Brown

  • Aprovechando el descanso veraniego del primer ministro, varias figuras del Partido Laborista conspiran entre bastidores para acelerar su remoción

El artículo que publicó la semana pasada el titular de Exteriores, David Miliband, en el diario The Guardian, hablando de la necesidad de un giro radical del Partido si quiere ganar un cuarto mandato electoral, era sólo el pistoletazo de salida.

Ahora, según la BBC y el diario The Times, entre otros medios, varios ex ministros y ex altos cargos laboristas preparan una serie de declaraciones políticas en las que expondrán su agenda para resucitar al alicaído laborismo, situación de la que culpan a Brown.

Al igual que Miliband, todos ellos, entre los que se cita al ex titular del interior Charles Clarke y al ex ministro de Transportes Stephen Byers, son lo que aquí se conoce como "blairitas", es decir incondicionales del ex primer ministro, Tony Blair.

Byers ha lanzado un ataque en toda la regla contra Brown, poniendo en tela de juicio su capacidad de liderazgo y sus posibilidades de ganar las próximas elecciones generales, que deben celebrarse como muy tarde en el 2010.

Bajo Brown, el Partido Laborista no ha dejado de caer en las encuestas hasta niveles alarmantes sino que ha perdido una tras otra todas las elecciones municipales o locales celebradas en los últimos meses, incluso en lo que habían sido hasta ahora sus feudos tradicionales.

Para mayor inri, este fin de semana se publicó un memorándum atribuido a Blair en el que éste acusaba a su sucesor de "confundir de modo lamentable táctica y estrategia" y de haber "tirado a la basura la agenda política" que heredó de él sin "tener nada con qué sustituirla".

Personas próximas a Blair dijeron a The Times que el memorándum tal vez no lo hubiese escrito ése de su puño y letra, pero que en cualquier caso reflejaba al ciento por ciento lo que piensa el ex primer ministro del hombre que en su día conspiró para forzar su dimisión.

Brown no está, sin embargo, solo, y así otros ministros como el titular de Economía, Alistair Darling, la actual líder de los Comunes y secretaria de Estado para la Mujer, Harriet Harman, y el responsable de Innovación y Universidades, John Denham, se han apresurado a manifestar su fidelidad a Brown.

Harman, que es además líder adjunta del laborismo, declaró al dominical News of the World, que "Brown es la persona que se precisa" para ayudar al Reino Unido a superar la crisis económica, Darling alabó la "firmeza" del primer ministro y Denham declaró a la BBC que Brown "sabe perfectamente lo que necesita" el país.

Otros diputados laboristas han pedido mientras tanto a quienes quieren deshacerse cuanto antes de un político del que creen que los lleva al desastre que se dejen de conjuras en la oscuridad y presenten a cara descubierta sus candidaturas al liderazgo del partido para el congreso de septiembre.

Entre ellos está John McDonnell, el único laborista que se atrevió, aunque sin éxito por no llegar a reunir el número de firmas necesarias, a desafiar a Brown tras la retirada de Tony Blair, hace un año, y que se dice dispuesto a presentarse otra vez.

McDonnell acusa a los "blairitas", entre los que hay influyentes periodistas, de promover descaradamente la candidatura de David Miliband, con "los mismos elogios que utilizaron en su día para ensalzar a Blair primero y luego a Brown".

Y, según este representante del ala izquierda del laborismo, lo único que en estas circunstancias parece ocurrírsele a Gordon Brown es, según se anuncia, preparar un próximo reajuste ministerial para trufar su gabinete de incondicionales.

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