Crítica 'El caso Heineken'

Aburrido secuestro

El caso heineken. Thriller/drama, Bélgica, 2015, 94 min. Dirección: Daniel Alfredson. Guión: William Brookfield, Peter R. de Vries. Fotografía: Fredrik Bäckar. Música: Clay Duncan, Lucas Vidal. Intérpretes: Anthony Hopkins, Jim Sturgess, Sam Worthington, Ryan Kwanten, Jemima West, Yolanthe Cabau, Patrick Kearns, David Dencik, Eric Godon, Chelsea Bruland, Gus Rhodes, Rob Fuller.

Es imperdonable tener un buen tema central -el secuestro del empresario cervecero Heineken, por el que se pagó el rescate más alto de la historia de Holanda-, unos buenos temas colaterales -la Europa azotada por los antisistema y los terroristas, aunque en este caso no hay coartada ideológica-, unos magníficos intérpretes -encabezados por el siempre grande Anthony Hopkins- y un presupuesto considerable para, al final, hacer una película sólo medianamente entretenida.

El inicio nos sitúa en la paradójica Ámsterdam -aunque podría ser cualquier otra ciudad europea- de principios de los 80. Unos pequeños empresarios arruinados piden un crédito. Se lo niegan porque su único bien inmueble está invadido por los okupas. Desesperados, intentan echarlos a patadas. Pero la Policía interviene defendiendo a los okupas, la Justicia los devuelve al edificio y los propietarios son condenados. Y entonces deciden secuestrar al millonario empresario cervecero. Como es historia no importa decir que el secuestro fue un éxito, que Heineken mantuvo una entereza admirable -siempre más preocupado por su chófer, también secuestrado, que por él-, que se pagó el rescate y que... Bueno, aunque sea historia dejémoslo aquí.

Correcta pero sosamente rodada, bien interpretada, jugando su carta más fuerte cada vez que Anthony Hopkins está en plano y con buenos retratos de los secuestradores, el mediocre Daniel Alfredson -no confundir con su hermano Tomas, bastante más interesante como realizador- ha elaborado un discreto telefilme con formato de película.

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