Grupo de Saxofones Anexas | Crítica

Polifonías de aire

Jacobo Díaz fue solista de un arreglo singular del concierto para oboe de Vaughan Williams.

Jacobo Díaz fue solista de un arreglo singular del concierto para oboe de Vaughan Williams. / D. S.

En su presentación oficial, el Grupo de Saxofones Anexas, que forman 12 intérpretes dirigidos por el compositor y profesor utrerano Alfonso Romero, ofreció un variopinto concierto que planteó la que parece será su línea principal de trabajo: transcripciones de piezas clásicas junto a composiciones actuales, si pueden ser para la formación, mejor.

La Passacaglia y fuga en do menor es una de las obras más monumentales jamás concebidas por Bach para el órgano. En su transcripción, la uniformidad de colores y acaso un abuso de la articulación en staccato no le hizo demasiada justicia, pero la profundidad del contrapunto bachiano estuvo ahí, sus líneas incluso clarificadas.

Tampoco parece el conjunto de saxos el ideal para transmitir el tono lírico y pastoral del Concierto para oboe y cuerdas de Vaughan Williams, aunque el arreglo resulta curioso, sumerge a la música en unas aguas oscuras, la recubre de una gama de grises que le dan una pátina especial a la composición original. Por encima de ese trasfondo nebuloso, triunfó el oboe de Jacobo Díaz en una interpretación matizadísima, de un fraseo de legato exquisito y agilidad impecable.

En las Estructuras Tercera y Cuarta del propio Alfonso Romero, concebidas en los últimos tres años para esta formación, hay mucho del concepto armónico y el tratamiento de los contrastes de su maestro, Javier Darias, que presente en la sala, pudo oír la transcripción de Vidres, un tríptico sinfónico de 1983 (con antecedentes para otros instrumentos) de extraordinario vigor dramático y enorme riqueza textural.

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