Cultura

Buena presentación, poca sustancia

  • La cena goza del empaque y de la marca de fábrica que dan 47 años de probada experiencia teatral· Boadella y sus intérpretes son animales teatrales que dominan su arte con la solvencia del maestro y que son capaces de sacar adelante la lectura de una guía telefónica

La Cena

Els Joglars. Autor: Albert Boadella. Dirección, dramaturgia y escenografía: Albert Boadella. Intérpretes: Ramón Fontserè, Jesús Agelet, Xavier Boada, Jordi Costa, Minnie Marx, Lluis Olivé, Pilar Sáenz, Xavi Sais y Lolors Tuneu.  Vestuario: Elisa Echegaray. Sonido: Jaime García de Vinuesa. Iluminación: Fer Lázaro. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Viernes, 9 de mayo. Aforo: Completo.

Els Joglars estrena en Sevilla. El grupo catalán por excelencia, el grupo que convirtió el teatro de Cataluña en la envidia de los teatreros del resto de país, vive culturalmente exiliado de su tierra y estrena en otras que amorosamente lo acogen en sus brazos.

El mundo al revés, en lo que se refiere a la lógica, pero que sirve para enmarcar la nueva propuesta de Els Joglars, una sátira contra el revuelo que se está organizando alrededor del medio ambiente y de la locura que está viviendo el mundo de la cocina, la nouvelle.

La cena goza del empaque y de la marca de fábrica que dan 47 años de probada y exitosa experiencia teatral. Albert Boadella y sus intérpretes son animales teatrales que dominan su arte con la solvencia del maestro y que son capaces de sacar adelante la lectura de una guía telefónica. Y todo esto está, cómo no, en su nueva propuesta.

La celebración de una cena que clausurará el encuentro de personalidades y mandatarios políticos del mundo, reunidos en torno al tema medioambiental, es la excusa de Boadella para su nueva sátira sobre el mundo actual. Una ministra obsesionada por dar la imagen de preocupación ante el amenazante cambio climático y el despilfarro de energía y un nuevo gurú de la cocina que bien podría llamarse Tántalo o Malthus en lugar de maestro Rada.

Con un escenario simple, tarima, mesa y un mapamundi como telón de fondo, la pieza escrita por Boadella tiene más oficio que aciertos artísticos. Se deja ver con el interés de un trabajo de Joglars pero, pasadas las primeras escenas, el encuentro de la ministra con sus directores generales y la presentación de la estrella de la nueva cocina medioambiental, comienza a recorrer meandros en lugar de dirigirse con paso firme a  un final que nos arrebate.

Boadella acaba cayendo en lo mismo que nos critica. Nos sirve un plato muy bien presentado, perfectamente condimentado, con la suficientes especias para que tenga sabor, pero la porción que nos ofrece es mínima.

Repite y repite las escenas del maestro cocinero aleccionando a sus nuevos seguidores. Y aunque juega con los temas que siempre le han preocupado, la iglesia y su ritual y  los juegos de poder, acaba centrándose tanto en su inventada cocina mediambiental que se aleja de la realidad y, con ello,  de nuestro interés.

El público diseccionó las posibles críticas, esta vez muy difuminadas, y celebró cada nombre de famoso, político o juez actual que los actores nombraban.

Y es que Boadella sigue siendo el único y mejor autor empeñado en reflejar la sociedad actual.

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