Cañizares. Cuarteto de Guitarras de Andalucía | Crítica

Indigesto puré inaugural

Cañizares con el Cuarteto de Guitarras de Andalucía

Cañizares con el Cuarteto de Guitarras de Andalucía / P.J.V.

Todo parte de la obsesión de los flamencos por la amplificación. Cierto que la guitarra no tiene un sonido poderoso, y que cuando tocan con orquesta los guitarristas clásicos se amplifican casi siempre, aunque suelen hacerlo de forma muy discreta, con un altavoz colocado a sus pies. El Espacio Turina tiene una acústica amable para la guitarra solista (suelen programarse vihuelas o guitarras barrocas, de sonoridad mucho más leve que la clásica o la flamenca, sin ningún problema). No entendí que los conciertos del ciclo de la Bienal tuvieran que ser amplificados y no he entendido por qué se amplificó el concierto inaugural del Festival de la Guitarra. Además, lo que en la Bienal resultó técnicamente correcto en este concierto de apertura del Festival ha sido cuando menos poco afortunado, con sonido estrechofrecuencias saturadas, ocasionales bamboleos y, lo que es peor de todo, aquello que un amigo llamó en su día efecto batidora, esto es la sensación de que te dan todos los timbres mezclados en un puré en el que resulta por completo utópico aspirar a saborear la individualidad de las partes. Y esto lo condicionó todo.

Juan Manuel Cañizares empezó presentando en solitario dos obras que definen bien su estilo, de base flamenca y una personalidad mitad clásica mitad pop, que buscó la lírica en los momentos melancólicos de Añorando el presente y el virtuosismo rítmico en el Zapateado. Aparecieron luego los cuatro integrantes del Cuarteto de Guitarras de Andalucía para una versión de la pianística Suite Andalucía de Lecuona cuya apreciación quedó muy marcada por el problema ya señalado. Imposible disfrutar de la polifonía de la obra, todo quedó reducido a seguir crescendos y cambios agógicos, como las sucesivas intensificaciones del material en la famosa Malagueña de cierre.

La obra principal del programa era el Concierto mozárabe para guitarra y orquesta que Cañizares estrenó en 2021 en el Festival de la Guitarra de Córdoba y que aquí presentó en un arreglo para quinteto. No conozco el original, pero la sensación es que el carácter concertante que supuestamente tiene la obra original aquí quedo limitado, en parte por el arreglo, que tiende a lo camerístico, y en parte por la batidora ya comentada. Obra en los tres tiempos tradicionales y en la que el guitarrista de Sabadell se mueve claramente hacia lo neoclásico (hay ecos de Rodrigo), aun integrando elementos rítmicos flamencos y orientalistas. Por encima del Finale, con un impulsivo carácter rítmico, destaca en la obra un curioso movimiento central, lento, con breves cadencias para el solista y pequeños clímax que provocaron incluso aplausos aún más a destiempo que el resto de los que acompañaron este arranque complicado de un Festival que merece otra cosa.

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