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Aniversario El francés retrató las "cicatrices del mundo"

Cien años del "ojo del siglo"

  • Hoy se cumple el primer centenario del nacimiento de Henri Cartier-Bresson, cofundador de la agencia Magnum, viajero y maestro de la fotografía documental

"El fotógrafo del siglo", así se llegó a conocer al cofundador de la legendaria agencia Magnum, Henri Cartier-Bresson, de cuyo nacimiento se cumple hoy el primer centenario. Considerado por muchos como el padre del fotoperiodismo, el francés, hijo de industriales textiles, se mostró desde pequeño enamorado del arte, en buena parte gracias a la influencia de un tío pintor al que más adelante el fotógrafo se referiría como "padre mítico". Estudió pintura con André Lhote y se convirtió en un asiduo de los círculos surrealistas del París de los años 20. Años después confesó que en aquella época estuvo muy influido "no por la pintura surrealista, pero sí por las concepciones de André Breton, que me hizo comprender el papel de la expresión espontánea, de la intuición y, sobre todo, de la necesidad de rebelarse".

En esa etapa comienza a interesarse por la fotografía y los viajes. En 1929 viaja a Camerún, donde se ganaba la vida matando animales salvajes para venderlos en los mercados. En África tomó muchas de sus primeras instantáneas con una máquina Krauss de segunda mano, a la que cambiaría pronto por su inseparable Leica. El propio Cartier-Bresson consideraba su máquina como "un instrumento más rápido que el pincel" para dar cuenta de las "cicatrices del mundo".

Desde África hasta América, y por toda Europa, el fotorreportero viaja fotografiándolo todo. Hizo además espléndidos documentales y su maestría con la cámara le llevó a ser asistente de Jean Renoir y a firmar documentales como el que en 1937 realizó sobre los hospitales de la España republicana, titulado Victoria de la vida; el de 1938 sobre la Guerra Civil, España vivirá; o el dedicado al regreso de los prisioneros de la Segunda Guerra Mundial, El retorno, de 1945. Un tema que conocía muy bien puesto que él mismo, alistado en la Unidad de Fotografía y Cine del Ejército francés, fue hecho prisionero por los nazis en 1939 y sólo consiguió escapar tres años después.

Al acabar la segunda Guerra Mundial viaja a EEUU, donde le daban por muerto y preparaban una exposición póstuma de su obra. Fue allí donde, en 1947, Cartier-Bresson fundó la agencia internacional de fotografía Magnum junto a los también reporteros gráficos de guerra Robert Capa, David Seymour Chim, George Rodger, Bill Vandivert, Maria Eisner y Rita Vandivert. "Una comunidad de pensamiento, una cualidad humana compartida, una curiosidad sobre lo que pasa en el mundo, un respeto por lo que pasa y un deseo de transcribirlo visualmente", fue su descripción de Magnum.

Cada uno de los fundadores puso de su bolsillo 400 dólares para montar esta sociedad cooperativa en la que, por primera vez, los fotógrafos se convertían en dueños de su propio trabajo. Esta nueva concepción influyó decisivamente en la proliferación de fotoperiodistas en la segunda mitad del siglo XX. Durante sus 61 años de vida, Magnum, una referencia inexcusable en el mundo de la fotografía, ha creado su propia mirada, para los grandes acontecimientos históricos y para las pequeñas historias rescatadas del anonimato.

Cartier-Bresson continuó viajando durante los últimos años 40 y primeros 50 por Asia a través de Pakistán, India, Birmania, China e Indonesia. "Mi guía no paraba de reírse porque no comprendía por qué hacía fotos a todo lo que veía. Probablemente no sabía que gracias a la fotografía he aprendido a vivir, porque ella me ha enseñado respeto y tolerancia", escribiría mas tarde. También retrató a infinidad de personajes célebres, Picasso, Matisse, Marie Curie, Edith Piaf, Fidel Castro y Che Guevara, entre ellos.

En 1954 se convirtió en el primer fotógrafo occidental que recorrió la Unión Soviética tras la muerte de Stalin. Un año después, fue el primer miembro de su gremio en exponer en el Louvre. Las últimas décadas de su vida, "el ojo del siglo XX", como lo definió su biógrafo, dejó su Leica para dedicarse a la pintura. "Todo lo que deseo ahora -dijo en 1974- es pintar. La fotografía nunca ha sido otra cosa que una manera de pintar, una especie de dibujo instantáneo".

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