DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Crítica de Cine

Ciencia ficción creativa, lírica e inteligente

Amy Adams, en 'La llegada', de Denis Villeneuve, la película de ciencia-ficción más original de los últimos años.

Amy Adams, en 'La llegada', de Denis Villeneuve, la película de ciencia-ficción más original de los últimos años. / d. s.

Maeslström, su tercer largometraje, descubrió al mundo el talento del realizador canadiense Denis Villeneuve. Continuó su ascenso con las duras y ásperas Polytechnique e Incendies (candidata al Oscar a la mejor película de habla no inglesa), decayó con la pedante Enemy -que tras la selección al Oscar le abría las puertas a los grandes repartos- para recuperarse, ya con producción estadounidense, con las magníficas Prisioneros y Sicario, dos ejemplos de lo que para mí es más necesario y apreciable que la pantalla puede ofrecer: el talento aplicado a la reescritura inteligente y creativa del cine de género. Una especie de democratización de la calidad y la inteligencia, el gran cine al alcance de todos los públicos. Sintiéndose seguro en este camino ahora aborda la ciencia ficción en una superproducción y prepara una secuela de Blade Runner.

Este raro cruce entre el Spielberg de Encuentros en la tercera fase (con algún toque pacifista de Ultimátum a la Tierra) y el panteísmo poético del Terrence Malick de El árbol de la vida es la película de ciencia-ficción más original de los últimos años. Lo spielbergiano es la anécdota argumental: naves extraterrestres llegan a la Tierra y una lingüista con el alma rota tras una pérdida atroz es elegida, junto a un físico, para comunicarse con los visitantes que dibujan unos extraños signos y cuyas intenciones se desconocen. Lo malickiano es el tratamiento: un riguroso, poético y sugestivo ejercicio de gran cine -es decir, de comunicación de contenidos hondos (prefiero esta palabra a profundos: nos han vendido demasiados trullos usándola) a través de imágenes dotadas de una gran capacidad de evocación- que poco a poco lleva la película al terreno de las emociones, más que de la acción, del asombro, más que de la sorpresa, y de la reflexión, más que del efectismo espectacular tan propio de este género. Pero no teman: emociones, sobresalto, espectáculo y entretenimiento están también asegurados. Eso sí, son de calidad y no esclavos de los efectos.

Los roces entre la lingüista (Amy Adams) y el físico (Jeremy Renner) dan juego para algunos sabrosos apuntes sobre el viejo duelo entre las humanidades y la ciencia, al igual que los roces entre ambos y los militares repropone el también viejo tema de elección ante lo amenazador entre la violencia y la razón. El contacto entre la lingüista y los extraterrestres va mucho más allá de estas cuestiones, y lo hace en el sentido literal de más allá. No solo más allá del espacio conocido, sino de nuestra percepción del tiempo y del conocimiento de nosotros mismos. El lenguaje como barrera y puente (con los demás y con nosotros mismos), la comunicación como resolución de conflictos (también con los demás y con nosotros mismos) y el conocimiento como única esperanza de progreso en paz (una vez más con los demás y con nosotros mismos) son algunos de los temas que toca esta interesante y hermosa película engrandecida por una espléndida interpretación de Amy Adams y ennoblecida por el gran trabajo fotográfico de Bradford Young y la muy emocionante partitura de Jóhann Jóhannsson. Villeneuve se afirma como una realidad del cine comercial inteligente.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios