Cultura

Clasicismo en la ciudad de la música

Concierto inaugural de la temporada. Orquesta Bética de Cámara de Sevilla. Director: Michael Thomas. Solistas: Jacobo Díaz, oboe; Pepe Benítez, clarinete; Begoña Roche, fagot; Manuel Enamorado, trompa. Programa: Entreacto y ballet de 'Rosamunda' de Schubert; Sinfonía concertante en mi bemol mayor KV 297 de Mozart; Sinfonía nº 100 en sol mayor 'Militar' de Haydn. Lugar: Sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol. Fecha: Domingo 19 de octubre. Aforo: Unas 80 personas.

Abrió la Bética la temporada de su 90 cumpleaños demostrando que es un magnífico instrumento para la música del Clasicismo. Con un programa infalible, el conjunto que dirige Michael Thomas tuvo tiempo de enseñar sus mejores armas, el equilibrio, la claridad, el empaste y la delicadeza de su fraseo y, por si ello fuera poco, pudo presumir de solistas de viento en la Sinfonía concertante de Mozart. Desde el arranque del Entreacto de la Rosamunda schubertiana se apreció la plasticidad y la transparencia del planteamiento de Thomas, con un excelente trabajo en las dinámicas (especialmente por debajo del mezzoforte) y una suavidad general que quizá defraudaría a quien buscara la incisividad en ataques, acentos y contrastes de interpretaciones más audaces de esta música.

Fue el mundo doméstico del Bidermeier, limpio y perfumado, sin especiales conflictos dramáticos, el que quiso mostrar Thomas, igual que en Mozart emergió la elegancia y la belleza de la melodía sobre un fondo sobrio, no especialmente profundo. Admirable la prestación de los cuatro solistas, salidos del propio conjunto, que lograron momentos de auténtico encantamiento. Algo cambió el discurso en un Haydn llevado a ritmo frenético (¡militar!), con tempi que no descansaron ni en el moderado minueto y en el que la Bética enseñó su flanco más jaranero y jocoso (Presto final). Las noticias sobre el cierre inminente e inesperado del Centro Cultural Cajasol ensombrecen tanto este como otros proyectos musicales sevillanos de primerísimo nivel. Prescindir de esta sala sería una catástrofe, un retroceso de al menos quince años para la vida cultural de una ciudad a la que la Unesco aún considera de la Música.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios