Artes Escénicas

El Festival de Itálica vuelve con la mirada puesta en "muchas maneras de danzar"

  • La compañía italiana Aterballetto inaugura a final de mes la programación, que de nuevo se desarrolla en dos escenarios, el Teatro Romano y el Monasterio de San Isidoro del Campo  

La compañía italiana Aterballetto.

La compañía italiana Aterballetto. / Johan Inger

La compañía italiana Aterballetto inaugurará la nueva edición del Festival Internacional de Danza de Itálica con Golden Days, un espectáculo que se estrena los días 30 de junio y 1 de julio en el Teatro Romano y que supone un homenaje al coreógrafo sueco afincado en Sevilla Johan Inger, ganador entre otros reconocimientos del prestigioso Premio Benois y que acaba de estrenar en Basilea su versión de Peer Gynt. El montaje que se verá en Itálica recupera dos trabajos anteriores de Inger, Rain Dogs y Bliss, a los que se añade un solo de nueva creación, Birdland.

Golden Days abrirá una cita que regresa desde el 30 de junio al 15 de julio, que tendrá de nuevo dos escenarios, el Teatro Romano de Itálica y el Monasterio de San Isidoro del Campo, y que mostrará "muchas maneras de danzar sobre el escenario", tal como apuntó ayer el presidente de la Diputación de Sevilla Fernando Rodríguez Villalobos. Flamenco, ballet clásico y danza contemporánea se alternan en un festival para el que ha diseñado su cartel la pintora Inmaculada Salinas. La artista se ha inspirado en el pensador alemán Aby Warburg y sus estudios sobre el paganismo en el Renacimiento para una composición en la que ella se sirve de imágenes "populares, que circulan por internet" y que retratan "el cuerpo en acción, en movimiento".

El Ballet Nacional de Letonia, una formación conocida por el público sevillano -llevó a escena a principios de año en el Maestranza La bella durmiente-, representa la vertiente más clásica de la oferta, donde la compañía interpretará, el 4 y el 5 de julio en el Teatro Romano, la suite de El corsario y el segundo acto de Giselle, uno de los grandes títulos del repertorio de danza.

También en el Teatro Romano, el 7 y el 8 de julio, el francoargelino Hervé Koubi explora su propia historia en una obra que toma prestado el nombre de una novela de Yasmina Khadra, Ce que le jour doit à la nuit (Lo que el día debe a la noche). Para este viaje por la memoria, Koubi cuenta con 12 bailarines de Argelia y uno de Burkina Faso procedentes en su mayoría de los ámbitos del hip hop y la danza urbana.

En otro registro se mueve uno de los valores más firmes del último flamenco, la granadina Patricia Guerrero, que visitará el Teatro Romano (11 de julio) con Catedral, la propuesta que ganó el Giraldillo al mejor espectáculo en la pasada Bienal y por la que la bailaora fue candidata al Max, una reflexión sobre cómo los corsés ideológicos reprimen a la mujer que dirige Juan Dolores Caballero, que ha querido adentrar el poderoso baile de Guerrero en una dramaturgia "con su comienzo, su nudo y su desenlace, algo que resulta poco habitual en el flamenco", señala el director.

Ethnicity será la última obra que pasará por el Teatro Romano, el 14 y el 15 de julio. El sevillano Gsus Villaú, que ya estrenó en la anterior edición Obsolescencia programada, regresa con una obra que indaga en "cómo las diferentes culturas han enriquecido las danzas urbanas". El flamenco, la cultura japonesa, la árabe y la africana son las referencias que maneja el espectáculo, tal como destaca el guionista Avelino Piedad.

Regreso a San Isidoro

Asimismo, y durante varios días (del 2 al 13 de julio), Raquel Madrid y Javier Vila embarcarán a los asistentes del Monasterio de San Isidoro del Campo en Tratado de sueños de andar por casa, un viaje alegórico para el que se usarán los lenguajes de la danza y del live cinema que "al modo de los poemas del siglo XV o la Divina comedia, propone al personaje una enseñanza sobre el buen y el mal camino".La malagueña Luz Arcas, uno de los nombres más sólidos de la danza andaluza actual, y su compañía La Phármaco estarán también en San Isidoro (2 y 3 de julio) con Miserere. Cuando la noche llegue se cubrirán con ella, una pieza que según la información facilitada es "fiesta y jaleo, duelo, liturgia y rito de paso: una ceremonia pagana alrededor de la figura del chivo expiatorio (víctima sacrificial) y donde se confunden y celebran la violencia, la fe y el folclore, mecanismos que construyen nuestra identidad como grupo".Tomando como punto de partida las cartas que se enviaron el filósofo Günther Anders y uno de los pilotos que lanzó la bomba atómica, Claude Eatherly, Laguilda Obscénica plantea Offlimits, una mirada a la atormentada conciencia de la modernidad a la que darán vida los cuerpos de María M. Cabeza de Vaca y José María Maldonado en San Isidoro del Campo, el 9 y el 10 de julio.

El monasterio será el escenario donde Excéntrica Producciones e Isabel Vázquez presenten (12, 13 de julio) su nueva creación, La maldición de los hombres Malboro, un espectáculo en el que seis intérpretes se rebelan contra "ese modelo masculino que es tóxico", dice Vázquez, "que parece que no existe pero que sigue prevaleciendo, y que produce machos incapaces de expresarse emocionalmente".

En la rueda de prensa donde se anunciaron los contenidos del festival, el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, hizo hincapié en el impulso que supone la candidatura de Itálica a ser Patrimonio de la Humanidad y pidió a instituciones y empresas que respalden con patrocinios la cita, que este año cuenta con un presupuesto de "más de 500.000 euros". En la página web del festival, www.festivalitalica.es, se puede consultar la programación completa y se pueden comprar las entradas, con precios entre los 12 y los 15 euros.

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