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Cultura

Élmer Mendoza retrata la violencia de la sociedad actual

  • El escritor mexicano, Premio Tusquets con 'Balas de plata', defiende que la novela negra "refleja el desorden en el que está sumida ahora la convivencia humana"

El escritor mexicano Élmer Mendoza, reciente ganador del Premio Tusquets Editores de Novela 2007, recrea en su novela Balas de plata la omnipresencia de la violencia y la corrupción en la sociedad moderna, las cuales han llegado a establecer "formas de convivencia e influyen en la música, en la moda, en la arquitectura, en la producción de bienes y hasta en la política y la justicia".

Según explicó el autor, el interés por describir la violencia en sus novelas radica en que ésta es uno de los "motores que mueven al ser humano", junto con el amor y los sueños, por lo llega a determinar "un estilo de vida" que genera en la sociedad moderna "unas formas particulares de delito, sus perversiones y sus asesinos".

Así, la novela negra "se ha convertido en un tipo de novela social", dado el hecho de que "habla del desorden en el que se halla sumida la convivencia humana". Sin embargo, Mendoza no se considera un "narrador social". "Uno de los riesgos que no me atrevo a correr es autocalificarme. Si alguna vez lo hago, diré que soy un genio", señaló el escritor.

En Balas de plata, el mexicano enfrenta a El Zurdo, un policía sometido a tratamiento psicológico natural de Sinaloa -región de la que procede el autor- a un mundo plagado de delincuentes, narcotráfico y corrupción, en el que deberá de moverse para resolver el asesinato del abogado Bruno Canizales, que aparece muerto por una bala de plata.

El escritor explicó su tendencia a situar la trama y los personajes de sus obras en su región señalando que el "lugar donde se nace y vive es una prolongación de la madre, que proporciona la lengua y los primeros referentes". En esta línea, consideró que puede ser calificado por muchos en su país como un "escritor polémico", porque creen que puede "ensuciar" la imagen de su país. "Pero no es así para nada, México es un país muy fuerte, lleno de gente trabajadora y buena que sabe que tiene que tomar medidas para enfrentar a los corruptos", indicó.

Por otro lado, Mendoza aseguró que no le desagrada que la crítica literaria lo haya etiquetado como "narcoescritor", ya que este apelativo "no le limita, sino que le abre puertas". Además, el autor reconoció que pretende que en sus creaciones se reconozca su "sello o voluntad de estilo propios".

"Siempre ha sido uno de mis objetivos cultivar un estilo, tener una voluntad y un esforzarme en lo que hago", aclaró, asegurando que posee "una idea muy clara" de lo que desea escribir hasta el día de su muerte. "He tardado en establecer un territorio narrativo determinado que compartir con mis lectores, y ahora espero poder compartirlo con el público español".

Respecto a este territorio narrativo, Mendoza explicó que él es un escritor "que provoca". "Para mí, el lector es un ente al que no le permito la quietud, tiene que estar continuamente pensando, especulando, tiene que vivir la lectura".

En relación con el género de la novela negra, el autor de Efecto tequila o Cóbraselo caro, opinó que éste siempre ha despertado "grandes pasiones" entre los lectores, porque está "muy bien escrito" y el que la cultiva "sabe resolver su trama innovando y adaptándose a nuestro tiempo".

A este respecto, el autor aseguró que "yo mismo he sido calificado como la vanguardia de la novela policíaca, y me agrada, porque demuestra que no sólo vale con escribir una buena historia, sino que también hay que instrumentarla de tal manera que la haga diferente de lo escrito hasta ahora y de lo que se va a hacer después", meditó el escritor mexicano.

Al hilo, comentó que uno de los aspectos fundamentales que debe incorporar toda novela negra actual, es un "perfil elaborado de su protagonista", que tiene que aportar a la trama su "problemática vital y su historia personal", como lo hacen "magníficamente" algunos de sus escritores favoritos, Henning Mankell, Michael Connelly, Petros Markaris o James Ellroy.

"Y por supuesto, el estilo es fundamental, el manejo del lenguaje, la forma íntima del discurso que se desenvuelve con todas las aristas posibles pero sin dejar de seducir al lector, que es cada vez más inteligente y posee más expectativas", apuntó.

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