El escritor colombiano y Nobel de Literatura Gabriel García Márquez dejó ayer el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en la capital mexicana, donde se encontraba ingresado desde el pasado 31 de marzo -aunque tal extremo no se hizo público hasta no el pasado jueves 3 de abril- recibiendo un tratamiento de antibióticos para combatir la deshidratación y la infección pulmonar y de las vías urinarias que padecía.

La ambulancia que trasladaba al escritor, de 87 años, salió por un acceso para proveedores del hospital para tratar de evadir a los periodistas. Varias motocicletas custodiaron al vehículo hasta la casa de García Márquez en el sur de Ciudad de México, donde reside desde hace décadas.

Horas antes de hacerse efectiva el alta, la secretaria mexicana de Salud, Mercedes Juan López, declaró en una radio de la capital mexicana que el autor de Cien años de soledad ha sufrido un "cuadro neumónico bastante severo", debido a lo cual ha sido preciso aplicar "cuidados muy especiales". No obstante, quiso tranquilizar esta misma persona, "ya cedió la infección del foco neumónico que tuvo".

La responsable política detalló que García Márquez deberá recibir en su domicilio terapia con oxígeno "para que no vuelva el proceso infeccioso". Para tal fin, a la casa del Nobel se instaló ayer mismo una cama especial y un tanque de oxígeno, según todo hace indicar para preparar el regreso del escritor, cuya salida del hospital fue ya adelantada el pasado viernes por su hijo Gonzalo.