Estreno en la Sala Cero

Julio Fraga celebra sus 30 años en el teatro con el estreno de 'El perro fiel'

  • El actor y director presenta en la Sala Cero un monólogo "tragicómico" que es, también, "un viaje muy personal a una Andalucía íntima"

El actor, director y productor teatral Julio Fraga.

El actor, director y productor teatral Julio Fraga. / D. S.

Era todavía un niño y guarda un recuerdo "muy vago" de aquella obra, pero el suficiente para recordarse a sí mismo siendo durante un rato un trabajador de las minas de Riotinto que recitaba un poemilla. Poco después, cursando ya el Bachillerato, llegó su primer papel algo más en serio, nada menos que en una obra de Ionesco, El peatón del aire, en la que hacía de empleado de pompas fúnebres. "Cómo me gusta haberme acordado de aquello", se ríe Julio Fraga (Huelva, 1966). "En el teatro descubrí un mundo que estaba muy cercano a como yo entendía la vida ya tan entonces, pese a ser tan pequeño. Tuve la impresión, muy potente, de que había algo en el escenario y en torno a él que me realizaba como persona", dice este actor, director y productor teatral al que, en efecto, la intuición no le fallaba. Estos días, de hecho, celebra en la Sala Cero sus 30 años en la profesión con el estreno de una obra, El perro fiel.

"Después de 30 años de profesión, es un espectáculo que me he hecho casi a medida, muy cercano a mí y también con un puntito arriesgado, que es algo que creo que siempre está en mis trabajos. Digamos que es un monólogo un tanto inusual, al menos si tenemos en cuenta esta idea que existe ahora de que el monólogo es cómico por defecto. Éste mío no, éste es tragicómico, como la vida misma. Se trata de un viaje muy personal a una Andalucía íntima pero contado con un lenguaje muy universal, que es el de las emociones", explica Fraga, que ofrecerá sus funciones en la sala de la calle Sol desde hoy hasta el domingo.

"Como digo en este espectáculo, como hombre de teatro, yo me muevo entre el sueño y la realidad", añade el actor y director teatral, que ha partido de sus propios recuerdos personales, de experiencias basadas en su propia vida, aunque todo este material está mezclado y confundido con "pura ficción". "Podría decirse –afirma– que el perro fiel tiene mucho de mí y todo lo contrario también". "Si contemplamos la vida como el flamenco, que tiene tantos palos, en el espectáculo hay una gran diversidad: están el palo que trata sobre los orígenes y que trata sobre la comedia y la tragedia, y también los que tienen que ver con el humor, el llanto, la poesía, lo efímero de la vida. Si hay un hilo común, es el de la poesía. La poesía, el pellizco andaluz y el amor como antídoto contra la tragedia", explica sobre los temas que aborda en esta obra que esta vez no dirige él, sino Verónica Rodríguez, con la contribución de Ana Cristina Leal y Francisco G. Contreras en la ayudantía de dramaturgia.

"Entre disfrutar de la vida donde quiero vivirla y hacer espectáculos con más dinero, yo me quedo con la calidad de vida"

Tres décadas en el oficio, tan hermoso como sufrido, dan para tener una perspectiva fiable. Y en el balance de Julio Fraga el saldo es "más que satisfactorio". "Cuando empecé yo creo que me veía en el futuro como soy ahora. Yo además siempre tuve claro que no quería irme fuera de Andalucía para desarrollarme profesionalmente. ¿Me he perdido cosas por esa decisión? Pues supongo que sí, pero nunca me vi en Madrid, por ejemplo, con ese agobio permanente que se palpa en la ciudad. A mí es que me encanta vivir aquí, qué le voy a hacer. Por carácter soy un tío muy pachón, muy tranquilo, me gusta tomarme mi tiempo para las cosas, no estar corriendo. Me gusta disfrutar de la vida, en definitiva. Si pongo esto en un lado de la balanza y en el otro un mejor espectáculo, o un espectáculo con más dinero, que no siempre significa lo mismo, o ser muy famoso... Mira, yo me quedo con la calidad de vida", dice Fraga, que durante todo este tiempo ha visto también cómo ha cambiado el panorama teatral en Sevilla.

"Cuando yo empecé era todo de otra manera, creo que éramos más libres, teníamos menos miedo, había menos censura, digamos que la libertad de expresión corría por nuestras venas, y ahora parece que todo eso se ha ensuciado un poco. Hemos perdido un poco de sentido del humor. Claro que también hemos ganado muchas otras cosas, ahora el mundo del espectáculo técnicamente está mucho más evolucionado, los actores están muy bien preparados, cantan, bailan, hacen acrobacias, ahora hay más diversidad de espectáculos, y eso es riqueza artística, es crecimiento. Pero sí creo que ese espíritu de riesgo que había hace 30 años, esa energía de gente loca que se tiraba a la carretera a hacer cientos de kilómetros para hacer una función con lo que fuera, y la función estaba por encima de todo, ese espíritu yo no digo que se haya perdido pero desde luego ese concepto romántico del teatro definitivamente no sigue igual", reflexiona.

"La única manera de seguir en esta profesión es trabajar, trabajar y trabajar, pero también soñar, disfrutar y hacer, sobre todo no dejar de hacer, hacer constantemente", dice Fraga, que en el apartado de las cuentas pendientes con la profesión no encuentra demasiadas entradas. Si acaso, dice, Lorca. "Siempre he tenido mi espinita con su teatro –reconoce–. Nunca me he atrevido con Lorca porque me parece que a él hay que acercarse con mucho respeto. De él me gusta todo, pero le tengo especiales ganas a Así que pasen cinco años. El público también me atrae. En general lo que más me interesa es, por decirlo así, el teatro no entendido de Lorca".

El perro fiel se representa hoy y mañana (20:30) y el sábado y el domingo (19:30) en la Sala Cero (calle Sol, 5). Las entradas tienen un precio de 14 euros (11 con tarifa reducida).

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