Las reacciones a la muerte del editor y escritor Josep Maria Castellet fueron numerosas ayer en todo el país. El presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, señaló que el deceso de Castellet suponía para él la pérdida de un amigo, de un crítico que le ayudó en el ámbito de la literatura catalana y de una persona que tuvo "un papel fundamental en el mundo de la edición". "Con el fallecimiento de Josep Maria Castellet han desaparecido para mí tres personas", destacó Lara, una de ellas "un ser humano al que hace muchos, muchos años que conozco, al que he tratado y al que aprendí a querer mucho". "Ha fallecido además un crítico que me ha sido de gran ayuda en algo en lo que me costó navegar en su día, como la literatura catalana, y, por último, ha sido un colaborador importante de los últimos años como presidente de Grup 62", añadió Lara, que recordó que Castellet "era una persona con un carácter abierto y dialogante que tuvo un papel fundamental en el mundo de la edición, a la que he querido como amigo, me aportaba mucho como crítico literario y respetaba como presidente de Grup 62".

Para el editor de Anagrama, Jorge Herralde, amigo de Castellet desde hace más de 40 años, se trataba de un hombre "muy inteligente, cordial y dialogante", que hizo una tarea "insustituible" al frente de Edicions 6, la cual convirtió "en la gran editorial en lengua catalana". Herralde rememoró que Castellet fue también la persona que orientó la llamada Escuela de Barcelona, en el que se encontraban autores como Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo, y desveló que mantuvo en los últimos meses con el autor de libros fundamentales como Els escenaris de la memòria "dos largos almuerzos", en los que trataron sobre los jóvenes estudiantes que fundaron "desde la nada" la primera célula comunista de la Universidad de Barcelona en los años cincuenta, puesto que Castellet estaba trabajando en un libro sobre este asunto.