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Cultura

Madonna combina dureza y dulzura en su nuevo disco, 'Hard Candy'

  • La cantante apuesta por un sonido más urbano para superar el éxito de su última entrega, 'Confessions on a Dance Floor'

Madonna regresa hoy al mercado musical con Hard Candy, un disco en el que, frente a los registros más electrónicos y la sensibilidad más europea de sus últimos trabajos, se decanta por una sonoridad más urbana y afín a los patrones de moda en Estados Unidos. En su empeño, la cantante se alía con algunos de los productores más solicitados del momento -Timbaland, Justin Timberlake, Pharrell Williams y Nate Danja Hills- para reconquistar las pistas de baile que ya capitaneó con el Confessions on a Dance Floor -aquella entrega vendió más de 8 millones de copias y se erigió como número 1 en 30 países- en un giro en el adquieren más protagonismo el hip hop y unos beats rotundos y muy marcados.

La nueva aventura discográfica de Madonna ha causado extrañeza en algunos círculos, hasta ahora habituados a que la reina del pop se adelantara a las tendencias más comerciales -de la mano de productores menos mainstream que Timbaland y Timberlake, gente como William Orbit, Mirwais o Stuart Price- y marcara la estela a seguir en el pop. Pero, pronto, una primera escucha del Hard Candy delata que Madonna no ha caído rendida bajo las huellas sonoras de Nelly Furtado o Gwen Stefani, principales beneficiadas de la mano maestra de Timbaland. Temas como Incredible, por ejemplo, que comprime tres canciones en una a través de radicales cambios melódicos, confirman que la estrella no ha perdido sus ganas de experimentar (tampoco ha perdido su olfato: encargó el videoclip de 4 Minutes a los rompedores directores franceses Jonas & François).

Por otro lado, el decimoprimer álbum de estudio de la intérprete es en muchos sentidos una vuelta a las raíces: en el conjunto se advierten ecos de clásicos como Prince -en She's not me, toca la guitarra Wendy Melvoin, conocida por sus trabajos con éste-, Donna Summer, Kool & The Gang y Marvin Gaye.

Hard Candy se revela también en sus letras como un proyecto personal en el que Madonna vuelve a desgranar algunas de sus inquietudes. The road to hell is paved with good intentions (El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones), reflexiona en 4 Minutes, una canción en la que plantea la necesidad de salvar el mundo. When the lights go down and there's no one left, I can go on and on (Cuando las luces se apagan y no queda nadie, yo sigo y sigo), cuenta sobre su tenacidad en el tema Give it to me, uno de los más pegadizos.

Hard Candy, el último disco con material nuevo que edita con la Warner tras el contrato firmado con Live Nation, es para su artífice un compendio de "dureza y dulzura. Es como decir: te voy a patear el trasero pero te va a hacer sentir bien".

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