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Cultura

Pareja de hecho

  • El trompetista Dave Douglas y el pianista Uri Caine publican su primer disco a dúo después de años de asociación en otros formatos instrumentales.

Present Joys. Dave Douglas & Uri Caine. Greenleaf Music, 2014.

Tal para cual. El trompetista Dave Douglas y el pianista Uri Caine llevan décadas entrelazando proyectos e intereses a lo largo y ancho de sus respectivas trayectorias. Figuras claves en la evolución de sus instrumentos desde primeros de los años 90 del pasado siglo, ambos han compartido un importante número de álbumes bajo sus pertinentes liderazgos -Toys (1995) o Urlicht /Primal Light (1996) sirven de ejemplo en el caso de Caine; In Our Lifetime (1994) o Convergence (1998) en el de Douglas- así como un prisma explorador claramente decantado hacia posiciones renovadoras alimentadas por eclécticos recursos: de la música clásica al cancionero tradicional europeo pasando por el cine mudo, el funk o los homenajes a luminarias del género como Wayne Shorter o Booker Little, Douglas y Caine han combinado una plural paleta de referencias casi siempre con plausibles resultados.

Por ello, no debe extrañar que su primera colaboración a dúo, Present Joys, registrada en Greenleaf Music, el sello discográfico propiedad de Douglas, se inspire en la tradición de la Sacred Harp, música coral de temática religiosa que se remonta varios siglos atrás y con la que el trompetista se muestra encantado: "Estas canciones son piezas muy sinceras y no tenía intención de interpretarlas con ironía. Creo que la música es realmente hermosa y espero que la forma en que la tocamos permita que las melodías sean apreciadas y valoradas por los aficionados al jazz".

En la primera mitad del álbum, el dúo tira de repertorio sacro; primorosos himnos de autores como Oliver Holden, A.M. Cagle o Floyd M. Frederick -Soar Away, Supplication o la que bautiza el álbum- redimensionados desde su modelo instrumental sin desdibujar su esencia. El resto de esta decena de composiciones no desconecta de aquel espíritu y surge de la partitura de Douglas para desplegarse por un territorio inspirado y espacioso, entre el dinamismo de Ham Fist, la asimetría de End to End, el lirismo de Zero Hour o el protagonismo solista de Caine en Old Putt. Algo lógico en el encuentro de dos ineludibles músicos unidos por lazos que desbordan el ámbito de lo estrictamente musical.

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