En tan sólo unos días la espléndida violinista holandesa Janine Jansen y sus compañeros (el viola Maxim Rysanov y el violonchelista Torleif Thedéen) pasarán por Sevilla para ofrecer este mismo repertorio. Las Invenciones a dos voces BWV 772-786 y las Sinfonías a tres BWV 787-801 fueron obras escritas con pretensiones didácticas por Bach para incluirlas en el Cuaderno de clave de su hijo Wilhelm Friedemann, aunque como siempre pasa con el Cantor de Leipzig, a la pedagogía se superpone la grandeza artística, que en estas transcripciones para cuerdas sobrevive impoluta.

Carácter absolutamente diferente tiene la gran Partita para violín solo en re menor BWV 1004, compuesta por la misma época y coronada por esa chacona que es uno de los monumentos no sólo de la música escrita para violín sino de toda la historia de la música. Muy intensa la interpretación de Janine Jansen, con tempi moderados, elegante matización de las danzas homofónicas (Allemande, Corrente, Gigue) y una Sarabande de alta emotividad que anuncia ya la grandeza incontestable de una Chaconne trazada con cristalina claridad.

La maravillosa Oda fúnebre BWV 198 (Actus Tragicus), que sonó en Leipzig el 17 de octubre de 1727 como Tombeau por SM la reina de Polonia, se ofrece aquí junto a las piezas organísticas que seguramente la acompañaron y la Misa breve BWV 234 en versiones luminosas y estilizadas por un elenco vocal (Fuge, Mena, Kobow, McLeod) excepcional y un magnífico Philippe Pierlot en la batuta.

Además de los habituales BWV 1041 y 1042, conservados en su versión violinística, Amandine Beyer prueba aquí a ofrecer interpretaciones con su instrumento de los conservados en forma de Conciertos para clave BWV 1052 y 1056. Como solista y como directora de su espléndido conjunto Gli Incogniti, la joven y talentosa violinista francesa ofrece versiones minimalistas y de gran lirismo.