En Rafael Ortiz no han querido dejarse llevar por ese aire enrarecido que circula por el mundo de la cultura y que transporta consigo las esencias del desencanto y la incertidumbre. La galería inaugura el otoño con una noticia afortunada: la primera muestra individual de Luis Gordillo en su ciudad natal tras ser nombrado este año Hijo Predilecto de Andalucía, Contraespejo-s, una exposición que permanecerá abierta hasta el 31 de octubre y en la que su artífice, un referente del pop que supo evolucionar hacia otros registros y un maestro para las generaciones que le siguen, continúa abordando el proceso creativo desde la curiosidad que siempre le ha caracterizado.

Pocos artistas como Gordillo (Sevilla, 1934) pueden expresar la certeza de que el trabajo tiene todavía, a pesar de las difíciles circunstancias económicas, su recompensa: su 2012 ha sido particularmente fértil. Junto al reconocimiento de la Junta -la guinda a un abrumador currículum que ya contaba con el título de Caballero de las Artes y las Letras de Francia o el Premio Velázquez, entre otros galardones-, el autor obtuvo asimismo el Premio Nacional de Arte Gráfico. Su producción también se ha visto en Andalucía en estos meses: ha protagonizado una de las propuestas del año, este verano, en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, y antes, en febrero, compartió sala con Fernando Parrilla, Abraham Lacalle y Miki Leal en un emotivo encuentro de sensibilidades diversas en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus).

Gordillo es un viejo conocido en la galería Rafael Ortiz, que con ésta ha programado ya cuatro grandes exposiciones sobre su obra, y que en su sello editorial publicó Little Memories, una especie de autorretrato poético del autor que iniciaba una serie de textos de pintores. Para Rafael Ortiz, Contraespejo-s supone el mejor recorrido por la personalidad inquieta de Gordillo "desde la primera exposición que hicimos con él". Entre los aspectos más llamativos quizás destaque el mayor número de telas, que en otras ocasiones tal vez tenían menor peso frente a su obra en papel. "Pero yo siempre he hecho telas, y telas grandes. Lo que ocurre es que a veces una exposición da para enseñar pocas cosas, y ofreces una visión parcial de lo que estás haciendo, y puedes dar pie a impresiones que no son reales".

El artista, siempre receptivo a las influencias externas -"me interesa lo que veo en el panorama internacional, y la pintura joven, la sigo muy de cerca", afirma- persiste en su indagación de nuevas posibilidades, como esa serie de impresiones digitales que Gordillo recubre con pintura. "Debajo de estos cuadros hay mucha investigación. El proceso para hacer estos cuadros no es simple: hay mucho trabajo de fotos, de ordenadores... Sí, mis obras son el resultado de una larga reflexión", admite el sevillano.

Contraespejo-s. Hasta el 31 de octubre. Martes a viernes, de 11:00 a 13:30 y de 18:00 a 21:00. Lunes, abierto sólo por la tarde; sábados, sólo por la mañana.