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Cultura

Sabiduría y entusiasmo

  • El cantaor jerezano David Lagos ha publicado uno de los discos más refrescantes del año, un homenaje a sus ídolos

Esta obra se abre con una bulería inspirada, por frenesí y contundencia, en La Paquera, pero, pese a su fuerte filiación jerezana, encontramos en la misma los guiños camaroneros que nunca faltan en la voz de este cantaor. El jaleo, poderoso, impresionante. Y la guitarra de Alfredo Lagos. Unas bulerías en las que David Lagos (Jerez de la Frontera, 1973) hace un verdadero despliegue melódico y, por supuesto, rompe, por exacerbación de los mismos, todos los moldes rítmicos de su tierra. A esto suma Lagos otra entrega por el género flamenco con el que mejor se identifica su ciudad natal, que incluye un bolero de José Alfredo Jiménez.

La fiesta, aunque ya en forma más íntima, continúa por tangos morentinos, los incluidos en el espectáculo Arena de Israel Galván, en el que Lagos participa como artista invitado, con letras taurinas de José Bergamín y Miguel Hernández.

Las cantiñas resultan intimistas y personales gracias a la guitarra de otro miembro de la joven cantera jerezana, Santiago Lara. El referente aquí es Chano Lobato, sólo que David Lagos trae el mundo de Chano a sus portentosas facultades vocales, con un resultado brillante: amplio registro, dominio del compás y de los trabalenguas y calidez tímbrica. Con los pies de Mercedes Ruiz. El recuerdo a El Sevillano, olvidado en el año de su centerario, viene en forma de una canción-milonga a ritmo de zambra que en seguida coge ritmo de bulería lenta.

El homenaje a Fernando de la Morena se presenta como dúo prodigioso encarnado en uno de los estilos más característicos de la zona, la soleá por bulería, que el de la Morena domina a la perfección, y que abre con sus características tonás campesinas. La voz clara y luminosa de Lagos se completa a la perfección con el estilo denso y pleno de colores de Fernando, que tiene esa capacidad asombrosa de evocar la pena más profunda y la luz y exaltación vital a un tiempo, compás y duende. El cuadro se completa con la guitarra asombrosa (sigue asombrando después de tantos años) de un Moraíto que lleva dos décadas en estado de gracia.

Los estilos orientales del flamenco están presentes en esta obra como cantes de levante y malagueña, brillantísima esta última con una variación melódica del propio Lagos. La obra se cierra con martinetes y portentosas seguiriyas de cambio. La guitarra de Alfredo Lagos aporta a esta obra luz y serenidad, la sabiduría de saber estar y saber dónde se está. Una obra en la que David Lagos se presenta, después de un amplísimo bagaje en directo, por primera vez en disco y con el repertorio de sus referentes flamencos, el espejo en que se mira: Chano, Fernando, La Paquera, Chacón, El Sevillano, Morente ... Un trabajo que trasmite energía a raudales y la seguridad del que conoce y ama su oficio: sabiduría y entusiasmo.

David Lagos. Con las guitarras de Moraíto, Alfredo Lagos y Santiago Lara. Producido por D. Lagos y A. Lagos. Flamenco-world Music.

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