Sofya Melikyan| Crítica

Cuatro retratos de mujer

La pianista armenia formada en España Sofya Melikyan

La pianista armenia formada en España Sofya Melikyan / Mosh Sahakyan

La pianista armenia Sofya Melikyan (Erevan, 1978) abrió el ciclo de contemporánea del Central con un programa casi idéntico al de su disco publicado el año pasado en el sello granadino IBS Classical, Women, música de cuatro mujeres actuales, con personalidades bien diferentes.

Melikyan mostró una sensibilidad exquisita y una capacidad extraordinaria para contrastar y profundizar en cada uno de los universos sonoros que fue recorriendo. Para empezar, el muy afrancesado Prelude de Kaija Saariaho (2007), obra que parte de un ostinato rítmico, pero que se complace en la flexibilidad del fraseo, magníficamente atrapado por la pianista armenia, y el juego tímbrico, en lo que parece por momentos pura improvisación.

Siguió la Sonata de Guibaidulina, imponente obra de su primera época (1965), en la que bulle ya su complejo mundo espiritual, con esos extraños ritmos jazzísticos en el arranque, el uso de técnicas extendidas, especialmente en un Adagio de trascendente desnudez, y el bullicioso virtuosismo final.

Play the piano de Mercedes Zavala era la obra más moderna del programa (2017) y ocupó el lugar que en el disco tuvo la Cluster Suite de Raquel Quiaro. Música que aparenta repetitiva en el arranque pero que se libera pronto en una especie de torrencial moto perpetuo. La melodía y el color marcan la serie de Armenian Bas-Reliefs de la compositora Geghuni Chitchyan, un ciclo de 1975 de pretensiones descriptivas sobre el montañoso país del Cáucaso, cinco piezas interpretadas con una brillantez y una claridad de texturas por completo admirables.

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