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Cultura

Umbral, estreno poético póstumo

  • La viuda del escritor, María España, reúne una serie de textos inéditos del autor que serán publicados por la editorial Seix Barral "el próximo otoño o ya en 2009"

El escritor Francisco Umbral, fallecido en agosto de 2007, se estrenará pública y oficialmente como poeta con la edición póstuma de una serie de textos inéditos que ha reunido su esposa, María España, por sugerencia de Pere Gimferrer y que ha seleccionado el crítico y filólogo Miguel García Posada. "Hace muchos años sacó un librito que ahora se va a reeditar con el añadido de una serie de poemas que he encontrado guardados dentro de unas carpetas justo al lado de donde solía leer", explica la fotógrafa María España, con quien se casó Umbral en el Valladolid de 1959.

Fue esta capital, donde el escritor residió hasta su casamiento y que ayer le rindió un homenaje en el marco de su 41 Feria del Libro, el escenario de sus primeros inicios literarios, precisamente versos que publicaba en la revista de Los Luises, editada entonces por la Asociación Juvenil San Luis Gonzaga y en cuyo entorno se le conocía como el poeta Paco Pérez.

Tenía "una gran vocación y afición por la poesía, todos los grandes poetas han sido amigos suyos y, aunque no publicaba, no tenía la sensación de que lo que hacía no le gustara, ya que guardaba lo que escribía", explica España, antes de añadir que será Seix Barral la casa que publique el próximo libro de Umbral, "el próximo otoño o ya en 2009 para evitar tantos seguidos".

Se ha referido así a Carta a mi mujer (Planeta), impreso este año, de gran acento lírico, redactado en la década de los años 80 y dedicado a su mujer, a quien conoció en la ciudad que ahora le tributa un homenaje organizado por la 41 Feria del Libro.

"Lo que sí solía decir es que la poesía se valora muy poco en este país desde el punto de vista económico, que se lee muy poco y con tiradas muy limitadas que no dan para comer y obligan a los escritores a dedicarse a otras cosas para poder vivir. A él le gustaba mucho y, de pronto, escribía un poema", recuerda.

Aunque nació en Madrid, precisa María España, "Valladolid influyó mucho en su personalidad y en su obra, porque en esta ciudad pasó su infancia y juventud, y la ha reflejado en muchos de sus libros", en uno de ellos de forma explícita -Balada de gamberros (1965)- y en otros de forma indirecta a través de situaciones vividas y personajes encontrados.

Su esposa le recuerda como "un gran lector desde pequeño" y una persona "muy trabajadora y culta", con una "gran vocación" por la escritura, y dotado de "suma facilidad" para un quehacer en el que conjugó literatura y periodismo hasta el punto de publicar cientos de artículos y reportajes, y de firmar numerosos libros dentro de una obra coronada con el Premio Cervantes 2000. "Escribió mucho, más de cien libros, unos con buenas críticas y otros no tanto. En una producción tan amplia es lógico que haya quien vea unos mejores que otros, unos más atractivos y otros menos", considera España.

Por último, acerca de la apariencia bohemia, en cierto modo anárquica y de dandy que rodeó en vida a Umbral, desvela que fue algo premeditado por él mismo, en la creencia de que "una persona como él debía crearse una imagen en torno a sí. Ocurre que muchas veces existen personajes de gran valía que permanecen en la oscuridad, pero ante todo era una persona muy trabajadora y culta", concluye.

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