FERIA Toros en Sevilla hoy | Manuel Jesús 'El Cid', Daniel Luque y Emilio de Justo en la Maestranza

Crítica de Música

Virtudes de la gran tradición

Desde que Cajasol abandonase su ciclo de música de cámara hace años, se echaba de menos en la ciudad una temporada en condiciones de este tipo de repertorio que es la piedra de toque de todo buen melómano. Por ello debemos alegrarnos por que la empresa Andalucía Clásica haya decidido arriesgarse para traer a Sevilla, en estos tiempos, un muy apetecible ciclo de cuartetos de cuerdas, pero que ha tenido como ceremonia de presentación un recital de una vieja conocida de nuestrra escena musical, una Elisabeth Leonskaya a la que uno nunca se cansa de escuchar.

La georgiana se presentaba, además, con un programa prácticamente idéntico al que ofreciera en la misma sala años atrás y constituido por su compositor fetiche, Franz Schubert.

Leonskaja abordó las obras de Schubert desde la tradición del pianismo ruso

Abrió el programa con la sonata D 537, compuesta por un Schubert ya plenamente maduro a sus veinte años. En vez de focalizar su visión de la obra desde el peso que la tradición clasicista tiene en esta ella, Leonskaja la abordó desde un pianismo macizo, monumental, rocoso en muchos momentos, con un sonido densificado mediante una articulación compacta y un generoso uso del pedal. No faltó claridad en el fraseo, pero se obviaron los contrastes en la acentuación y en la pulsación. La Fantasía del Caminante sonó con especial atención a sus perfiles dramáticos, pero con alguna caída de tensión en la sección central para recalar en una solemne fuga final.

Magistral sin reparos resultó su interpretación de la impresionante D 960, trágica y oscura (maravillosa mano izquierda) a la vez que ligera y alada, todo claridad.

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