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EXPOSICIÓN

Cuando los abanicos y las peinetas eran vanguardia

  • 'La noche española', que vincula el nacimiento del flamenco y la cultura popular española moderna con las vanguardias artísticas, se puede visitar en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid hasta el 24 de marzo

'La noche española' es una colección de obras de más de 150 autores entre los que se encuentran Picasso, Manet, Picabia, Dalí, García Lorca, Bécquer, Zuloaga, Alberti, Romero de Torres, Lipchitz, Modigliani, Archipenko, Man Ray... y fotógrafos, figurinistas, caricaturistas, modistos y otras muchas personas menos reconocidas que participaron en la cultura popular andaluza entre 1865 y 1936.

La exposición explora la relación del flamenco con la modernidad y las vanguardias artísticas y se inauguró el pasado 20 de diciembre. Las obras permanecerán en el Museo Nacional Reina Sofía hasta el 24 marzo, cuando volverán a sus salas habituales: las del Bellas Artes de Bilbao, la Biblioteca Nacional, el Georges Pompidou y el Musée D’Orsay de París o el MoMA y el Guggenheim de Nueva York, entre otros.

Comisariada por Patricia Molins y Pedro G. Romero, recoge pinturas, cartelería, ropa, proyecciones de películas cinematográficas y todo tipo de documentos que se hacen eco de un imaginario común: los modos de expresar y vivir de las clases más bajas -lumpen proletariado- de la Andalucía de la época, que hoy se identifican con el flamenco o, por extensión, con “lo español” y participan en la configuración de la identidad nacionalista.

Desde las expresiones artísticas más populares, como las películas de Pastora Imperio o Florián Rey, hasta las experimentaciones fotográficas de Man Ray o el futurismo de Natalia Goncharova. Aquí, entre estos dos extremos, alta y baja cultura se dan la mano.

El acercamiento de las vanguardias al imaginario popular no es de extrañar teniendo en cuenta su búsqueda antiacademicista de formas de expresión crudas y marginales. Vanguardia y subsuelo se encontraban en “la noche”, un lugar oscuro, tiempo asociado al carácter español, marcado por el pesimismo de 1898 y las turbulencias de las tres primeras décadas del siglo XX. Gitanos, artistas europeos e intelectuales inventando el concepto de lo bohemio: el flamenco era el rock 'n' roll de la época.


Del ferrocarril a la Guerra Civil

El recorrido se inicia en 1865, año de dos viajes muy significativos: Edouard Manet viene a España para conocer de cerca la pintura de su admirado Velázquez y Silverio Franconetti regresa a Sevilla, donde reinventa el flamenco para que entre en su Edad de Oro y se asiente como arte reconocido. También ese año se inaugura la primera línea de ferrocarril entre Andalucía y Madrid, crucial para la difusión de la cultura andaluza y su identificación con la cultura popular española.

La Primera Guerra Mundial acerca a los artistas de París, Berlín o Moscú hasta la península poco después de que Chaplin ruede Burlesque of Carmen. Y ya en los años 20, la irrupción del flamenco en los medios de comunicación de masas (o viceversa) planteaba divergencias entre lo canónico, lo clásico y lo popular y poco aceptable. Mientras, la Generación del 27 criticaba los fundamentos de la España tradicional sin dejar de disfrutar de las bondades de su verbenas.

Simbólicamente, Antonia Mercé, “La Argentina”, bailaora que se codeaba con los vanguardistas franceses, muere el 18 de julio de 1936. La Guerra Civil pone fin a esta etapa. De cómo este torrente de cultura popular fue asumido por la industria y la élite política y llegó a ser la oficial o de cómo “lo español" se convirtió en “la españolada”… eso ya es otra historia.

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